TRENVISTA

10 agosto 2015

¿De verdad la AV se merece 4.000 millones?

España7 de agosto de 2015. Por Miguel Bustos

OPINIÓN.- Esta semana hemos vivido, sin sorpresa alguna, la presentación de los Presupuestos Generales del Estado 2015.Tal y como te contamos, la partida económica para ferrocarriles se llevará el grueso de la inversión del Ministerio de Fomento; un 54% que equivalen a 5.400 millones de euros. De ellos, 3.954 millones de euros (se dice rápido, ¿eh?) estarán destinados exclusivamente a la alta velocidad. En Trenvista nos preguntamos: ¿de verdad es necesario?

España sigue apostando por despilfarrar en la alta velocidad. Foto:  JT Curses VII.

España sigue apostando por despilfarrar en la alta velocidad. Foto: JT Curses VII.

Despilfarro y más despilfarro

De antemano, aclarar que no negamos que la alta velocidad tenga sus ventajas y que sea necesaria según en qué tramos. Sin embargo, sabemos que la delgada línea entre inversión y despilfarro está en la rentabilidad que se le de al dinero gastado y el uso que se va a hacer de su resultado. Sobre rentabilidad, no sólo importa la económica, que en el ferrocarril a veces no se puede buscar, sino la social y ambiental. Pero sigue dando la sensación de que la única rentabilidad que se busca es la electoral y más en un año en el que se avecinan unas Generales muy complicadas.

Y no aprendemos. Ni los políticos ni los votantes que les dan la llave para que hagan una pésima gestión del dinero que nos quitan todos los meses de nuestros ingresos. Parece que al pueblo le da igual tener una deuda externa de un billón de euros que equivale al total de nuestro PIB. Y parece que le da igual que se malgaste en infraestructuras que no van a tener el uso que justificaría su inversión. Porque, donde no hay desplazamientos, no hay. Y menos por un precio que permita rentabilizar la explotación de las líneas de alta velocidad. Por mucho que se quiera, no hay de dónde rascar.

Ferrocarriles que necesitan una mayor inversión

Sin embargo, hay otras áreas del ferrocarril que se merecen una mayor inversión de la que reciben. El servicio de trenes que a más gente beneficia y que mejor rentabilidad económica puede tener, el de Cercanías, podemos decir que es uno de los grandes olvidados. Tan sólo recibirá 287 millones de euros (un 5%) cuando hay núcleos que precisan de fuertes inversiones tanto en ampliaciones como en mejoras de la infraestructura y material móvil.

La dotación de los Presupuestos Generales del Estado 2016 para el ferrocarril. Foto: Ministerio de Fomento.

Gráfico del Ministerio de Fomento en el que se desglosa la inversión en ferrocarriles. La alta velocidad copa el gasto con un 67% para infraestructuras y un 5% para material móvil.

Por ejemplo, el número de trenes NO adaptados para minusválidosPersonas de Movilidad Reducida sigue siendo superior al de los que están adaptados. Y con los 4.000 millones de euros que se van a desembolsar en la alta velocidad, se podrían comprar unos 872 trenes Civia 465 (a razón de 4,72 millones cada unidad). Evidentemente, es una barbaridad y más para sólo un año, pero es una buena manera de medir en qué se gastan el dinero.

También se podría invertir más (en lugar de sólo 420 millones, un 8% del total) en mejorar la red convencional. Por falta de mantenimiento, tiene muchas limitaciones de velocidad que ralentizan los viajes de personas y mercancías, que seguramente se podrían solucionar con una porción de lo que se va a destinar a alta velocidad.

Por no hablar de lo necesario que es la reapertura del ferrocarril Madrid-Aranda-Burgos para dar una salida rápida de las mercancías hacia el norte de España. No sabemos cuánto costaría destaponar el túnel de Somosierra, modernizar la línea y garantizar su uso en condiciones de seguridad. Pero muy probablemente no alcanzaría a los 1.160 millones que se dejarán en el Corredor Noroeste, destinados a los tramos Olmedo-Lubián-Ourense-Vigo y Ourense-Lugo-A Coruña. Y beneficiaría directamente e indirectamente a muchas más personas.

Para terminar, independientemente de lo dudoso que resulte invertir en ferrocarriles de alta velocidad (que conectan áreas con una paupérrima densidad de población y necesidades de movilidad), no debemos olvidar la coyuntura económica en la que estamos. Y es que, caramba, ¡¡CUATRO MIL MILLONES SON MUCHOS EUROS!! Por mucho que amemos al ferrocarril, tenemos claro que es un dinero que vendría mejor en muchas otras áreas y que estarían mejor invertidos en construir un tejido industrial español… Que no dispone de los ferrocarriles necesarios para ser competitivo.

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