El jueves se cumple un año del accidente del tren de Santiago de Compostela, ¿qué ha cambiado desde entonces?

Las dos preocupaciones que hemos tenido han sido la atención a las víctimas y, bajo la coordinación del ministerio de Fomento, todas las instituciones del sector estuvimos trabajando en el diseño de mejoras en cuanto a la seguridad. Son un catálogo de veinte medidas que ya están en marcha, que conllevan desde un nuevo código de circulación hasta la instalación de limitaciones de velocidad en los cambios transitorios, el establecimiento de grabaciones en lo que sucede en los trenes o ayuda vía satélite para la conducción.

A raíz de este episodio se encargó un informe a expertos del sector ferroviario que apunta que la instalación de un tercer carril no es una medida recomendable para largos tramos. Sin embargo, es la solución que propone el Gobierno.

Hay muchas discusiones en materia ferroviaria sobre cuáles son las soluciones técnicas más adecuadas. La infraestructura es una cuestión en manos de los profesionales de Adif, que son quienes elaboran los proyectos. Nosotros ya pondremos el material móvil que haga falta para dar un buen servicio.

Si en ejes como el Corredor del Mediterrani los trenes se ven obligados a reducir la velocidad esto afectará la competitividad de la línea y tendrá consecuencias sobre el servicio.

El Corredor del Mediterrani tiene una necesidad que es la de poder dar una salida de mercancías a Europa, con un ancho internacional. Y, por otro lado, los pasajeros. La esencia de este corredor no es la velocidad sino el gran número de pasajeros, ya que prácticamente cuenta con una estación cada 17 kilómetros. Es más una cuestión de dar servicio a los miles de personas de este ámbito que el poder mejorar en un 2 o un 3% la velocidad punta del trayecto.

Una demanda en el servicio que hará que sea una de las líneas más atractivas en el momento de la liberalización.

El Madrid-Valencia y Madrid- Alicante consideramos que son corredores atractivos para entrar a competir. La infraestructura es estable o va a ampliarse con la alta velocidad a Murcia. Sin embargo, hay muchísimas personas que siguen utilizando el vehículo privado y por tanto hay una gran demanda potencial que hace que los beneficios para la captación de clientes sean muy elevados.

Me refería al tramo Barcelona- Valencia.

Este todavía no es idóneo para la competencia porque va a entrar en un periodo de obras y esto para una nueva compañía no son buenas noticias. Hay que esperar que las obras estén hechas y consolidadas.

¿Y en una segunda fase?

El Gobierno tendrá que determinar qué es lo que considera más oportuno.

¿No corren ustedes el riesgo de quedarse con las líneas deficitarias?

La decisión del Gobierno responde a un criterio de prudencia y de ir progresivamente abriendo el mercado. Renfe está dispuesta a seguir prestando los servicios en todo el territorio nacional y a competir en el Corredor del Mediterrani. No tenemos ningún miedo.

¿Realmente no tiene usted miedo de quedarse con el AVE a Galicia que posiblemente no es tan atractivo?

Renfe va a operar la línea de alta velocidad entre Madrid y Barcelona. Estamos operando la de Sevilla, Valladolid, Toledo y a partir del año que viene también con León y Burgos. Ya en 2018 llegaremos a Galicia, que mueve a millones de pasajeros y está creciendo muy por encima del 50%. Cada vez más gente va a utilizar el transporte ferroviario y la empresa tiene un buen futuro.

En el transporte de mercancías la liberalización no ha satisfecho el incremento de la demanda, ¿qué ha pasado?

Efectivamente nos ha dejado a todos insatisfechos. El incremento que esperábamos no ha tenido lugar y las cuotas siguen siendo bajas. Una de las explicaciones es la necesidad de integración del transporte de mercancías con la logística. Esta transformación no se ha llevado a cabo.

¿Cuestión de mentalidad o de una infraestructura deficitaria?

El transporte por carretera es muy competitivo. Trabaja con unos costes muy reducidos y por lo tanto capta muchísima de la demanda. El ferrocarril requiere largas distancias. Cuando seamos capaces de conectarnos mejor con Europa mejorará su cuota.

¿Es necesario que venga un operador extranjero?

No es necesario pero sí que es bueno aliarse con operadores que hacen bien las cosas en el panorama internacional. Sabemos transportar mercancías pero ganaríamos trabajando con alguien que opere en el mercado internacional y nos permita ganar músculo.

¿Qué valoración hace de estas primeras semanas de la nueva red de cercanías de Tarragona?

La mejora de las conexiones con Reus, son buenas noticias, y luego la extensión por toda la línea de costa proporciona un buen tejido de transporte ferroviario. Todavía no hay un uso excesivo de la línea. Hay que esperar que crezca y tenemos confianza que así sea.

Los usuarios de Terres de l’Ebre padecen a diario un servicio con demoras, que les obliga a ir de pie. ¿Piensan hacer algo?

Hemos establecido nuevos servicios desde Terres de l’Ebre a Tarragona y Barcelona. Estamos dando un mejor servicio, pero estaremos atentos para ver qué cuestiones e incidencias, e intentar resolverlas.

Un déficit que también padecen los tarraconenses, especialmente los fines de semana, que no pueden sentarse.

Ir de pie en el tren es algo absolutamente común en todo el mundo europeo. En Alemania incluso en los trenes de alta velocidad. Es una cosa que en los corredores con mucha población es habitual. Esto es la vida ferroviaria.

¿No significa esto que se ha ignorado la corta distancia a favor del alta velocidad?

Toda la zona de Catalunya, comparativamente con la resta de España, está bien atendida. El esfuerzo que se está haciendo en esta comunidad autónoma es notable.

Entiendo que es fruto del déficit.

Siempre hay una demanda insatisfecha en toda la población que debemos procurar atender.

La operación salida del 31 de julio estará marcada por la huelga en el sector ferroviario, ¿qué repercusiones puede tener?

Tengo confianza en que los sindicatos lleven a cabo una desconvocatoria de la huelga. Vamos a hacer todos los esfuerzos para intentarlo y que se imponga el sentido común.

¿Realmente hay una falta de personal como aseguran los sindicatos?

Renfe acaba de llevar a cabo un ERE con carácter voluntario. Es decir, los propios trabajadores nos han solicitado que lleváramos a cabo el expediente de regulación. Esto significa que hay una consciencia de que la empresa puede funcionar con los recursos que tiene en la actualidad. No significa que alguna actividad requiera algún refuerzo, pero la compañía estaba sobredimensionada.