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4 marzo 2019

SOCIEDAD

Los perros también quieren viajar en tren

Domingo, 3 marzo 2019 - 09:09

 

 
Lorena Núñez, con sus perros, en la estación de Torrellano MANUEL LORENZO
Domingo, 3 marzo 2019 - 09:09

 

Se dice que el perro es el mejor amigo del hombre, el fiel compañero que va con su dueño a cualquier parte...pero no ocurre siempre así. Eso es lo que ha motivado el inicio de una iniciativa para conseguir que Renfe cambie su normativa respecto a la presencia de los canes en sus trenes. Con el lema #renfequieroviajarconmiperro, más de 18.000 personas ya han firmado esta petición en la plataforma Change.org, para pedir que se permita subir a estos animales en los trenes de media y larga distancia y AVE, aunque su peso sobrepase los 10 kilos.

Los impulsores de esta campaña, que ya se ha hecho viral en apenas dos semanas, son la ilicitana Lorena Núñez y el influencerJonan Wiergo. Ella lleva sufriendo años esta problemática, por lo que hace tiempo decidió comprarse una furgoneta en la que poder viajar con sus tres perros, «pero no todo el mundo tiene esta posibilidad», relata. Hace poco le regaló un perro a su amigo Jonan, y ante las dificultades para poder viajar con su mascota, decidieron hacer algo para llamar la atención y exigir soluciones.

El movimiento comenzó en Instagram, cuando pidieron a la gente que subiera una foto con su perro y el comentario #renfequieroviajarconmiperro, etiquetando a ellos dos y a Renfe. En menos de 24 horas, tuvieron más de 400 menciones, sin que la compañía dijera nada al respecto. «Intenté ponerme en contacto con ellos, sin respuesta», afirma Lorena. Y es lo que motivó la creación de la petición de firmas.

No entienden la razón de que los perros pequeños sí puedan viajar (lo hacen provistos de correa y bozal y en un trasportín) y los que pesan más de 10 kilos no lo puedan hacer, cuando además estos últimos sí pueden subir en Cercanías. «No comprendemos la normativa y exigimos una solución». Además, apuestan por dar facilidades, especialmente en períodos vacacionales, que es cuando aumenta el porcentaje de abandonos.

La iniciativa no para de crecer en seguidores y son miles de personas las que además de firmar la petición en change.org, han compartido fotos acompañados de sus mascotas apoyando la causa. «Mi móvil echa humo», reconoce. Incluso un día, debido a la falta de respuestas, llenaron de comentarios una publicación de Renfe, aunque desde la empresa se dedicaron a eliminarlos. Eso sí, llegó un momento «que no daban abasto» y no pudieron quitarlos todos. «Al final acabaron bloqueándonos en redes a Jonan y a mí».

«No entendemos como una empresa tan importante, la única que tenemos para viajar en tren, desoye las necesidades de los clientes», señala Lorena, quien estas últimas semanas ha conocido la experiencia de miles de usuarios y sus perros a la hora de subir al tren. «Me han llegado a comentar incluso que tampoco les dejan montar con la tabla de surf».

Pero también existe el caso de otros animales que se han convertido en mascotas por ejemplo los conejos, que tampoco está permitido que viajen con sus dueños, incluso dentro del trasportín. «Están catalogados como animales de granjas y no les dejan viajar en tren». «Es un sinsentido todo», afirma indignada.

«Son animales de compañía. Para mí los perros son parte de la familia», reconoce. «No pido que vayan en el mismo vagón que nosotros, pero que habiliten uno igual que se hace con las bicicletas o el vagón del silencio». De esta forma, apunta, la presencia de los perros no afectaría por ejemplo a las personas alérgicas o con fobias.

En otros países, sin embargo, no existe esta problemática. En Italia, Francia o Alemania los perros grandes sí pueden viajar con sus dueños en trenes de medio o larga distancia, previstos de correa y un bozal. También los gatos, conejos y hámsters «A nivel de infraestructuras España es un país avanzado, pero en servicios al cliente ya no lo es tanto».

La periodista y presentadora de televisión Sandra Barneda ya inició una recogida de firmas por este motivo y en la misma plataforma hace dos años y logró reunir algo más de 165.000 apoyos. «Ahí es donde a veces me viene la desmotivación y la frustración, porque ella no lo consiguió», apunta Lorena, pero aun así no va a parar hasta conseguir un cambio. «Soy muy pesada».

«Vamos por el camino correcto, aunque será difícil y más, sabiendo que choco contra una pared que hace caso omiso», señala. Desde change.org ya le han comentado que intentarán unificar el número de firmas de ambas iniciativas. «Cuantas más firmas, más presión sobre la mesa. En algún momento deberán decir vamos a parar esto porque nos está afectando. Espero que me respondan».

 

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