TRENEANDO

Vigo recuerda a sus viejos tranvías

 
 
 
 
 
 
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El tranvía de Vigo ha sido uno de los servicios más emblemáticos del mundo. El primer vehículo de estas características rueda por las calles viguesas, de prueba, el 2 de junio de 1914, aunque hay que esperar oficialmente al 9 de agosto para su funcionamiento regular. Pero como en tantas ciudades españolas, sus dirigentes pensaron en jubilar este transporte y sustituirlo por otros más modernos. El 31 de diciembre de 1968 entran en la cochera de Florida para no volver a salir nunca más.

Ahora la ciudad quiere rendir un tributo al viejo tranvía, aunque solo sea testimonial. Mientras esperan a dar el paso de restituir el transporte, han decidido instalar uno de aquellos vehículos en el entorno de la Plaza do Emigrante, donde 50 años atrás se recogían. Los vigueses podrán contemplar y visitar una réplica de aquel tranvía que vio la modernización de esta zona gallega.

Tras seis meses de restauración, el tranvía luce en las cocheras de la carretera de Camposancos. No es uno de aquellos vehículos que se emplearon en la urbe medio siglo atrás, ya que no se conserva ninguno, pero sí es “el más parecido que hemos encontrado, es prácticamente idéntico”, reconoce el director general de Vitrasa, Juan Carlos Villarino..

La compañía decidió adquirir uno de estos vetustos vehículos en Zaragoza para cederlo al Concello con el fin de colocarlo en algún punto estratégico de la ciudad. De momento, con la culminación del proyecto de remodelación, se ha decidido emplazarlo en los jardines de la Plaza do Emigrante, en Coia, donde se localizaban las antiguas cocheras. El gobierno local también estudia que el coche pueda ser visitado siempre y cuando quede preservada su conservación ya que está construido casi al 90% de madera.

“Hubo que restaurar prácticamente todo, no sé cambió nada del original a excepción de los dos perfiles, que al ser de madera estaban muy destrozados y eran insalvables”, narra Villarino mientras explica que todavía restan un par de retoques finales en su interior. “Colocaremos las luces y un par de detalles más pero se ha trabajado mucho en él; se restauraron las ventanas, los cristales, se desmontaron las máquinas y reutilizamos el pantógrafo”, explica casi con admiración.

El vehículo respeta los colores blanco y rojo que vestían estos vehículos en la ciudad. La madera es protagonista indiscutible. Los asientos con capacidad para 25 personas son reversibles. También conserva su timbre que anunciaba las paradas y las persianas originales adecentadas para la ocasión. “Nuestra idea es rendir homenaje al tranvía como uno de los primeros modelos de transporte colectivo en la ciudad coincidiendo con el 50 aniversario de Vitrasa”, añade su director general.

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