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25 septiembre 2018

Sociedad

Coches recargados y separación entre solteros y casados: así es el AVE a la Meca

La mesa es brillante y los asientos tapizados en flor de piel, así es el interior de la clase preferente del AVE del desierto. / r. c.
La mesa es brillante y los asientos tapizados en flor de piel, así es el interior de la clase preferente del AVE del desierto. / r. c.

El diseño de los coches del AVE a La Meca es un tanto recargado. Lo pide el cliente. Los saudíes aman el aire acondicionado 'a todo tren' y las superficies bruñidas. «Hemos cuidado hasta el último detalle», dicen en Talgo

ANTONIO PANIAGUA Martes, 25 septiembre 2018, 09:14
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Si un nuevo retraso no lo impide, el AVE del desierto, que une las ciudades santas de Medina y La Meca, se inaugura oficialmente hoy. Al menos esa es la previsión que manejan el consorcio español de constructores y las autoridades saudíes. Pero tampoco hay que poner la mano en el fuego. La proeza de hacer circular un ferrocarril en un clima inhóspito, a 65 grados y con ventiscas de arena, se está traduciendo en demora tras demora.

Más allá de cuándo se corte el lazo, en la fábrica que tiene Talgo en Las Matas (Madrid) ya han terminado su trabajo. En esa factoría los interioristas han trabajado concienzudamente en la puesta a punto del Talgo 350 SRO. Su labor no se limita ni mucho menos a lo puramente ornamental. Los profesionales de la compañía se han encargado de aquilatar todo para que el ruido en los coches sea casi imperceptible, las vibraciones mínimas y la pendulación al enfilar una curva funcione impecablemente. Han puesto especial cuidado en que la climatización sea la adecuada y que, en definitiva, todo luzca armonioso para que el cliente termine satisfecho.

Juan Lago es interiorista y enseña a este periódico las entrañas del coche del tren conocido como 'el AVE de los peregrinos'. Coche, que no vagón: en la jerga del sector el segundo término se adjudica a los ferrocarriles de mercancías. Los colores predominantes en el AVE del desierto son el morado, el verde, los ocres y la tonalidad arena, en coherencia con el gusto de los saudíes. No se sabe por qué el rojo da mal fario, quizá porque se emplea mucho en las señales de advertencia de peligro. De ahí que los pulsadores sean azules.

Muy distintos son los cánones estéticos de rusos y estadounidenses. Talgo ha trabajado para unos y otros. La operadora rusa RZD, que gestiona la red ferroviaria más extensa del mundo, pidió a la compañía española que la decoración jugara con los colores de su bandera nacional: blanco, rojo y azul; los americanos, no menos chovinistas, se decantan por tonalidades texanas y recreaciones que evoquen la naturaleza salvaje. 

Los súbditos de Salmán bin Abdulaziz tienen unos gustos bien definidos. Su concepción del lujo y la comodidad dista mucho del canon occidental actualmente vigente, que apuesta por la placidez zen. Los saudíes en cambio adoran lo rutilante, lo recargado y lo suntuoso. Y ya alcanzan el clímax si el aire acondicionado marca los 18 grados, una temperatura que en Europa dejaría al más templado tiritando. «Acostumbrados al polvo y la arena, de los que están hartos, demandan superficies deslumbrantes. Las mesas de tertulia deben ser brillantes, cuando en España se prefieren los tonos mates y lisos», explica Lago.

Elogio de la sombra

El sol cegador les induce a adorar las atmósferas umbrías. Por eso los cristales de las ventanas están tratados para atenuar la incidencia de los rayos solares. Para procurar mayor protección, los vidrios llevan pegados por fuera vinilos con el fin de mitigar la excesiva luminosidad, mientras que por dentro corre un chorrillo de aire que atenúa la irradiación. «Las cortinillas son más tupidas de lo normal. Hemos cuidado hasta el último detalle».

En los coches de clase preferente los asientos están tapizados con flor de piel, un tipo de cuero agradable al tacto y fácil de limpiar. «La polipiel no es nada buena, no deja de ser un material de plástico que impide la transpiración. Levantarse y mostrar un surco de sudor llevando puesto un traje de Armani no es muy elegante». Si se opta por la clase turista, los bolsillos menos pudientes se tienen que conformar con sillones forrados con un tejido de lana.

Las medidas antropométricas de los saudíes son más pequeñas que las de los europeos, de ahí que la ergonomía del asiento también sea distinta. Así, la longitud de sillón se acomoda a la posición estándar de la corva de la rodilla.

El cliente manda. Por si cabía alguna duda, los motivos decorativos de la moqueta y los maleteros se inspiran en la grafía árabe y las formas geométricas.

Pese a que el AVE está diseñado para trasladar devotos que peregrinan a la Meca -cada musulmán debe hacerlo al menos una vez en su vida-, el tren que muestra Lago no dispone de oratorio. «Sería complicado parar el ferrocarril para que 400 personas se pusieran de repente a rezar. Con todo, otro tren sí dispone de un espacio para que el rey Salmán pueda recitar sus oraciones».

Los viajeros no irán segregados por sexos, pero sí que estarán separados en función de su estado civil. Por un lado irán las familias y por otro los solteros. En la monarquía del Golfo es muy raro que las mujeres viajen solas.

 

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