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13 agosto 2018

La Rioja

El tren se va definitivamente

La cantina y la estación del ferrocarril de Santo Domingo de la Calzada, en 1971. / JUAN DÍEZ DEL CORRAL
La cantina y la estación del ferrocarril de Santo Domingo de la Calzada, en 1971. / JUAN DÍEZ DEL CORRAL

Apenas queda un leve rastro de la estación de ferrocarril de Santo Domingo tras medio siglo de actividad


DIEGO MARÍN A.Santo Domingo Domingo, 12 agosto 2018, 11:24
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Aunque ya apenas quedan pruebas de su existencia, durante casi medio siglo (1916-1964) el tren pasó por Santo Domingo de la Calzada. Fue el ferrocarril Haro-Ezcaray, cuya línea hoy es la vía verde del Oja. Uno de los últimos recuerdos del paso del tren en el municipio era el almacén de patatas Aydillo, que daba la bienvenida en la carretera de Logroño, conservando muelle de carga y una puerta corredera, así como el rótulo 'Abonos Medem'. Todo estaba ya muy deteriorado, también el edificio, motivo por el cual parece haber sido derruido. A veces la seguridad prima por encima de la historia y la conservación.

Un edificio sin uso durante años, abandonado, quizá no tiene ya mayor razón de ser. Lo malo es cuando, en su lugar, como ocurre con la también desaparecida estación de tren, derruida en los años 80, sólo se dispone un solar. Otros municipios, como Ezcaray, han mantenido vivo ese recuerdo, aunque sea con un restaurante, pero también con un parque público. En Santo Domingo, al margen de algún otro almacén irreconocible, ya sólo queda en pie El Silo de lo que fue el paso del ferrocarril por el municipio.

Junto al almacén de Aydillo, en los años 60, incluso hubo un paso a nivel por lo que entonces era la carretera N-120. Cuenta el anecdotario del estudio 'Historia del ferrocarril Haro-Ezcaray', de José Luis Agustín Tello, que la cantina de la estación calceatense servía unas «magníficas manchegas», un vaso de cuarto de litro de vino. La estación de Santo Domingo fue la más importante de la línea.

El anecdotario de Agustín Tello cuenta que la cantinacalceatense servía «magníficas manchegas»

El ferrocarril, entonces, fue una revolución, teniendo en cuenta que en 1895 existía una diligencia que transportada a los viajeros hasta Logroño en cinco horas, partiendo a las 4 de la madrugada. Hubo, incluso, en los años 20, un proyecto de ampliación de la línea para conectarla con Abejar (Soria), atravesando la Sierra de la Demanda por Zaldierna, Posadas, Altuzarra, Monterrubio, Neila, Covaleda... Un desorbitado presupuesto de 117 millones de pesetas, por la necesidad de abrir 57 túneles de menos de 500 metros de longitud, parece que provocó que se desestimara la idea.

Para el investigador Enrique Díez, el desaparecido almacén de Aydillo era «el edificio más importante relacionado con el ferrocarril de los que se conservaban en Santo Domingo, un singular vestigio de los últimos restos del patrimonio histórico ferroviario que ayudan a comprender el pasado económico y social de esta villa».

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