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2 julio 2018

Las peticiones de jóvenes españoles desbordan las plazas de Interrail gratis

La Comisión Europea ha recibido 11.680 solicitudes, pero solo hay 1.364 pases para viajar

 
 
 

 

Dos jóvenes mochileros viajan en tren por Europa. Dos jóvenes mochileros viajan en tren por Europa.

La convocatoria a los jóvenes europeos para viajar gratis en Interrail este verano ha superado con creces las plazas disponibles. Como cabía esperar, la iniciativa de la Comisión Europea ha movilizado a miles de ellos para probar suerte. 100.480 europeos de 18 años completaron el formulario en los 28 países de la UE. En la primera edición de esta oportunidad para desplazarse entre las fronteras comunitarias sin abonar un euro, los asientos estaban limitados a 15.000, por lo que si no hubiera habido restricciones el número de viajeros se habría multiplicado por 6,6. Para hacer la criba, debían completar un cuestionario con varias preguntas que determinó si resultaron elegidos o quedaron en lista de espera aguardando eventuales bajas.

En España, el aluvión de peticiones ha sido aún mayor a la media, con 11.680 interesados para solo 1.364 sitios. En cifras totales, solo la supera Alemania, con 19.682 solicitudes. La demanda de los jóvenes españoles ha cubierto las plazas ofertadas 8,5 veces. El reparto de los abonos se ha hecho equitativamente. Cada país recibirá un número de billetes equivalente a su peso demográfico. Teniendo en cuenta este criterio, España, que representa el 9% de la población europea, ocupa el puesto 14 en número de solicitudes respecto a sus habitantes, con Holanda, Lituania e Irlanda encabezando la tabla, y Reino Unido, Francia y Suecia cerrándola.

El proyecto estaba abierto únicamente a aquellos que tuvieran 18 años el 1 de julio y nacionalidad de un país de la UE. Tuvieron dos semanas para apuntarse, entre el 12 y el 26 de junio, y una vez notificados los ganadores, los primeros en salir lo harán en pocos días. El pase les permitirá subir a un tren para cruzar entre uno y cuatro países europeos durante un máximo de un mes. Y podrán viajar en las fechas que prefieran, a elegir desde el 9 de julio hasta finales de septiembre.

La idea partió del jefe del Grupo Popular en la Eurocámara, Manfred Weber, como una forma de vacunar a las nuevas generaciones contra el brote populista, cuyas raíces son cada vez más sólidas, no solo en sus fortines del Este, sino también en uno de sus países centrales: Italia. “Europa no es Bruselas, no son los técnicos. Trata de las emociones, de conocer otras culturas, otras lenguas. Cuando ves la belleza de este continente puedes sumar a los jóvenes a esta idea”, argumentó el político alemán para defender su propuesta.

La intención de las autoridades comunitarias es abrir otra convocatoria con al menos 5.000 plazas adicionales antes de final de año. Una nueva ocasión para los que se hayan quedado fuera. La ambición de la iniciativa se ha rebajado desde la primera versión. En un principio, sus inspiradores proponían regalar el billete a todos los jóvenes de 18 años. Sin excepciones. Su elevado coste ha hecho que se replantee el modelo para avanzar más lentamente, pero la idea es convertirlo a largo plazo en un programa potente siguiendo el ejemplo del éxito que ha supuesto para la cohesión de Europa los millones de estudiantes Erasmus. El presupuesto de los próximos años contempla un aumento sustancial de fondos, hasta los 100 millones de euros anuales desde los 12 actuales.

Recurrentemente señalada por ser una maquinaria burocrática alejada del ciudadano de a pie, Bruselas busca endulzar el relato de una UE que en los últimos años se ha presentado ante los europeos con mucha tijera y poca poesía. Conscientes de la necesidad de nuevos embajadores del proyecto comunitario, fía el mensaje de una versión más amable de Europa, con más lazos comunes y menos prejuicios, a los ojos de los jóvenes. Millares de narraciones de viajes que empezarán a rebotar por las redes sociales en apenas unos días.

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