Trece horas y 180 kilómetros encima de la bicicleta para poner en valor la ruta del Cantábrico. Este el resumen del reto ejecutado por dos deportistas orteganos, Yago Breijo y Ángel Lozano, para reivindicar el uso de un recorrido «con encanto y digno de potenciar», aseguran.

El sábado por la mañana ambos pusieron rumbo a Ribadeo desde Ortigueira a bordo del tren, el antiguo Feve, cuyo uso también quieren impulsar. En el ferrocarril montaron con sus respectivas bicicletas de montaña, con las que emprendieron desde A Mariña lucense el camino natural de Cantábrico, que está dividido en nueve etapas, de las cuales siete están señalizadas, hasta Ladrido (Ortigueira). Pese a las inclemencias meteorológicas y alguna pequeña desorientación consiguieron llegar al cabo Ortegal pasada la medianoche, donde fueron recibidos con champán por familiares y amigos.

Los primeros kilómetros hasta San Cibrao se les hicieron «llevaderos» por las características del recorrido. A partir de ahí, empezaron a ir más lentos por la dificultad física que ofrece la quinta etapa, la que va desde San Cibrao hasta Viveiro. Al finalizarla, pararon a comer algo y se mudaron de ropa para evitar que les cogiese el frío con la entrada de la noche. En medio de la oscuridad se les complicó algo el reto, pero lograron llegar al cabo Ortegal.

«La ruta ofrece muchas opciones gracias a que cuenta con servicios de restauración, alojamiento, transporte y abastecimiento en cada una de sus etapas», resumen los protagonistas.