La historia del ferrocarril en imágenes

Los primeros vagones construidos en la Maquinista Guipuzcoana (1901) prestaron servicio 70 años.

Barrena acoge la exposición fotográfica 'CAF un siglo al servicio del ferrocarril'
- ORDIZIA
Hasta el próximo 5 de mayo, el vestíbulo del palacio Barrena acoge la exposición, que con motivo del centenario de CAF ha organizado Lemniskata bajo el titulo 'CAF, mende bat burdinbidearen zerbitzura. CAF, un siglo al servicio de ferrocarril'. Exposición llevada a cabo por Juanjo Olaizola y Martín García, con el patrocinio de CAF y la colaboración de Euskotren.

Aniversario y circunstancia que reclama traer a colación la gran aportación de tres ordiziarras, Domingo y Francisco Goitia, y Martín Usabiaga.

Recogen en ese magnífico trabajo que representa la 'Monografía Histórica', escrita por Serapio Mujika y Carmelo Etxegaray, que en aquel contexto de la revolución industrial, en el que las ferrerías y el carbón vegetal, quedaban superados por la llegada del carbón mineral y los altos hornos, que Domingo Goitia y Martín Usabiaga, 'ferrones' (propietarios de la correspondiente ferrería) y vecinos de Villafranca concibieron el proyecto de montar una fábrica de hierros a la moderna y trataron de establecerla en término de la misma villa. Por falta de terrenos adecuados y por disidencia con la Corporación municipal desistieron de su primitivo pensamiento y se entendieron con José Francisco Arana, vecino de Beasain, propietario de terrenos en el punto llamado Urbieta, situado en la confluencia de los ríos Oria y Agaunza. Goitia, Usabiaga y Arana, formaron sociedad colectiva para establecer la fábrica de hierros. «Goitia aportó el 75% del capital, y los otros dos el 25% restante», exponen. Corría el año 1860.

La tercera guerra carlista vino a ser como un auténtico torpedo en la línea de flotación de aquella próspera iniciativa industrial.

Las circunstancias y el contexto industrial, apunta Mujika y Etxegaray, obligaron a los señores Goitia y compañía, herederos de los primitivos socios, a optar por la fabricación, en aquellas instalaciones, de la hoja de lata, producción que en 1886 trasladaban a Bilbao.

En 1892, la fábrica de hierros, cuya propiedad en exclusiva era de la familia Goitia, con Francisco a la cabeza, empresa con ligera participación de los herederos de señor Usabiaga, se constituye en la Maquinista Guipuzcoana para explotar el negocio de construcción de maquinaria, sociedad anónima que 9 años más tarde (1901) se fusiona con otra de Vizcaya, Gijón y Linares para concentrar el negocio y con el «apoyo de poderosos elementos de Madrid, singularmente de la casa bancaria de los señores de Urquijo», reseñan los historiadores, se creaba la nueva Sociedad Española de Construcciones Metálicas que disponía de cinco fábricas, «la más importante la de Beasain que como hemos advertido más atrás, está situada en términos de Beasain, Lazcano y Villafranca y se dedica a la construcción de wagones y material móvil de ferro-carriles» apuntan Mujika y Etxegaray.

La primera guerra mundial afectó, radicalmente, a la fábrica de vagones. Y en 1917 tras una serie de vicisitudes y como continuación a la las labor de aquella, de la mano de Luis Urquijo, nacía la Compañía Auxiliar de Ferrocarriles (CAF), sociedad que asiste a su centenario.

Un aniversario al que le han dedicado un sensacional empeño, dos entusiastas como Juanjo Olaizola y Martín García, primero con la publicación del trabajo '1901-1925 La fábrica de vagones y su influencia en Beasain y Ordizia', y ahora con la exposición fotográfica 'CAF mende bat burdinbidearen zerbitzura. CAF un siglo al servicio del ferrocarril'. Magnífica labor de síntesis en imágenes, con un apoyo documental, que como decimos permanecerá en Barrena hasta el próximo día 5.