TRENEANDO

Treneando cumple ocho años en la red

 
 
 
 
 
 
 
1 Votes

 


treneando-mosaico-ocho-anios

¿Se han parado alguna vez a pensar la importancia que tiene elnúmero 8? Basta con mirar la ‘wiki’ para darse cuenta de lo notable que resulta este guarismo. Es el sexto término de la sucesión de Fibonacci, después del 5 y antes del 13. Hay es nada. Por si no lo habían notado, y para que conste, Un tablero de ajedrez posée dimensiones de 8×8 escaques, dando lugar a sus 64 casillas. También está presente en la Estrella de Salomón, y es un símbolo muy importante en diversas culturas de Oriente. En la escala musical, la octava nota será la misma que la primera, pero variará en si es más grave o aguda. Los átomos siempre buscarán tener 8 electrones de valencia (a esto se le conoce como Regla del Octeto). ¿Les parece poco? Otro dato fundamental: en China, es el número que simboliza la buena suerte.

Indudablemente (haber quién es el guapo que lo discute) el ocho es el número natural que sigue al siete y precede al nueve. ¡Qué! Se quedan más tranquilos. Pues agárense los machos. En la mística cosmogónica de la Edad Media el 8 correspondía al cielo de las estrellas fijas(Firmamento) y simbolizaba el perfeccionamiento de los influjos planetarios. Con esto, me quedo ya más tranquilo.

Estas cábalas sobre el número 8 que dan pie a esta entrada tienen su explicación. Basta con que retrocedan un año en este blog y busquen el mismo día de hoy, pero del año 2015. Ahí se hablaba del siete. Así que puestos a buscar excusas para celebrar por todo lo alto este aniversario, he decidio seguir el rumbo anterior y seguir con las analogías y simbolismos del número 8.

Este suele ser un día dedicado a darme un homenaje. Después de 365 días regreso a la casilla de salida, aunque con un año más. Celebro el año transcurrido. No vayan a pensar que es un aniversario baladí. Siempre, en vísperas de Nohebuena, dedico unas líneas a glosar lo que siento después del tiempo transcurrido ante vosotros (sería mejor con vosotros). Es una forma, de rendiros cuentas de los días (mes, años) transcurridos desde que este blog nación hace ya ocho años. Vamos, lo que el común de los mortales denomina ombliguismo. Ya que este aniversario no se refleja en la Prensa (de momento, de momento), pues quién mejor que uno mismo para hablar de los méritos (y deméritos) de esta proeza.

Dicen que el tiempo pasa sin que se note. Falso. El tiempo deja su huella. De una u otra forma, nos marca para siempre. Bien porque aprendemos de las malas experiencias, bien porque copìemos aquello que nos ha resultado exitoso. Pero no siempre es igual. Pero teneos tendencia a recordar solo lo bueno. “La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y gracias a ese artificio, logramos sobrellevar el pasado”, decía el maestro Gabo. “Los hombres son como los vinos: la edad agria los malos y mejora los buenos”, pensaba Cicerón.

El tiempo da y quita razones. Y así, mientras passamos la existencia, vemos cómo debemos desdecirnos de lo que hemos jurado y rectificar, sin es que somos maduros, cuando nos equivocamos. Y por mucha razón que llevemos, no conviene presumir de los aciertos. “La verdad que escribir constituye el placer más profundo, que te lean es sólo un placer superficial”, decía Virginia Wolf. No estoy de acuerdo. Uno escribe para que le lean. Más bien comulgo con la idea de Paul Auster: “No es que escribir me produzca un gran placer, pero es mucho peor si no lo hago”.

Cada vez que me cito con vosotros en esta particular confesión os digo lo mismo. Mi contrato es inequívoco. Treneando aspira a una de estas tres máximas: informar, explorar y entretener. Perdonad mis errores; abuen seguro que los he cometido. Sed indulgentes con mis fallos. Sigo aprendiendo; e intento que otros también lo hagan. Seguro que muchas veces no seré original. Pero os prometo que trato de buscar la diferencia con los demás: destacar un matiz, un punto de vista distinto, más distante, menos entregado. Mi pasión son los trenes, las vías, los vehículos, las infraestructuras que hacen posible mover el ferrocarril. Y en ese empeño pongo todos los días parte de mi vida para acercarme un poco más a quienes me seguís. Por mí, ahí sigo…un año más.

Y esta es mi felicitación de este año

feliz-navidad-2016

Pin It