M.C.C. | LEÓN

Aunque ya han sufrido alguna pintada más, los trenes y el material de la Asociación de Amigos del Ferrocarril esperan dormir un poco más tranquilos. En las últimas semanas han sido trasladados desde la zona de la estación de Renfe a una vía junto a los almacenes de la Gerencia de Infraestructuras del Noroeste de Adif, al final de la calle Gómez de Salazar, frente por frente con el Palacio de Deportes.

Los vehículos cedidos a la Asociación Leonesa de Amigos del Ferrocarril se habían convertido en el blanco de los grafiteros sin escrúpulos. El resultado ere una imagen desoladora, lejos de los tiempos de gloria cuando surcaban las vías de toda España y un triste final para un material que la Asociación aceptó con todo el cariño «como parte de nuestro pasado», recuerda su presidente, Buenaventura Durruti.

Hace un par de meses, Durruti hizo un llamamiento para encontrar una solución, que al final Renfe y Adif han aceptado, también forzada por las obras del soterramiento de las vías que afectará a la zona donde se encontraba el material ferroviario.

Se trata de un coche-taller, que se utilizaba para reparaciones de mediana intervención, que tiene hasta cocina y dormitorio y que es de los pocos que quedan en España; una cisterna de apoyo y varios vagones de viajeros. En total 12 piezas con mucha historia.

Al denunciar la situación, Durruti recordaba el esfuerzo de los socios —algunos ya fallecidos como José Luis Ropero, Tomás Herrero o Cecilio Alonso— para que León conservara parte de su brillante pasado ferroviario y en lo que se había convertido el apoyo de tantos leoneses.

La Asociación espera ahora que esa sensibilidad de los organismos ferroviarios vaya un poco más allá y se busque una nave para proteger mejor aún los vehículos, como punto de partida también del ansiado museo.