LAVERDAD.ES

8 febrero 2016

Las obras de la Vía Verde del Campo de Cartagena avanzan un kilómetro al día

MIGUEL ÁNGEL RUIZ

Una máquina se abre camino entre Totana y Fuente Álamo marcando el trazado de la vía verde.Una máquina se abre camino entre Totana y Fuente Álamo marcando el trazado de la vía verde. / IT

  • El nuevo corredor ecoturístico tendrá diez áreas de descanso y 2.000 árboles que darán sombra al recorrido

    Una máquina avanza entre bancales de almendros trazando una línea recta. El trabajo que le ocupa, en los extensos llanos que separan Totana de Fuente Álamo, no tiene nada que ver con las labores del campo, sino con una estrategia combinada de turismo y desarrollo rural: atraer a senderistas y ciclistas hasta un nuevo camino natural que enlazará el Valle del Guadalentín con Cartagena y que discurre sobre el trazado de un ferrocarril que no solo nunca llegó a funcionar, sino que ni siquiera tuvo raíles sobre los que desplazarse. La conexión ferroviaria entre los puertos de Cádiz y Cartagena parecía una idea rentable, pero en 1946 se abandonó el proyecto por inviable. Una infraestructura fallida que ahora disfrutará de una segunda oportunidad.

    La Vía Verde del Campo de Cartagena -entre Totana y Cartagena, con un ramal desde La Pinilla (Fuente Álamo) a Mazarrón- será el segundo corredor ecoturístico de este tipo en la Región: 66 kilómetros a través de tierras de secano que estarán disponibles en febrero de 2017, aunque el Instituto de Turismo trabaja con la intención de adelantar el fin de las obras a diciembre de este año. Las máquinas se abren camino en estos momentos a un ritmo de un kilómetro diario, removiendo tierras a lo largo de rectas interminables donde surgen problemas casi cada cien metros en forma de tuberías, lindes dudosas y cruces.

    El trayecto se inicia en la estación de ferrocarril de Totana y termina en Los Dolores (Cartagena), a la altura del puente de El Bohío, desde donde se señalizará el camino para conectar con el Barrio Peral.

     
    No habrá albergues. Turismo no los considera necesarios porque el recorrido pasa por cuatro núcleos urbanos

    Cuando esté terminada -las obras costarán poco más de dos millones de euros-, esta vía verde tendrá algunas diferencias con respecto a la del Noroeste -78 kilómetros entre el campus universitario de Espinardo y Caravaca de la Cruz-, y no solo en el paisaje. En primer lugar, la plataforma no se dividirá en dos firmes diferenciados -albero y asfalto-, sino que será de una única composición: zahorra estabilizada con una mezcla de cemento y polímero, buscando la máxima consistencia posible y un mínimo mantenimiento. La del Campo de Cartagena será la primera vía verde de España que utilice este material, explica a 'La Verdad' Juan Pedro Marín, jefe del Área de Infraestructuras del Instituto de Turismo.

    Y al contrario que la Vía Verde del Noroeste, la del Campo de Cartagena no tendrá albergues. Turismo los considera innecesarios en vista de que el recorrido transita por los cascos urbanos de Totana, Fuente Álamo, Mazarrón y Cartagena. Sí tendrá diez áreas de descanso -con bancos y mesas de madera-, dos de las cuales harán también las funciones de puntos de acogida: lugares desde donde poder incorporarse al recorrido, por lo que podrá llegarse hasta ellos por carretera y dispondrán de aparcamientos.

    Para hacer más llevadero el camino en los meses de calor, el Instituto de Turismo plantará 2.000 pinos y algarrobos, en dos disposiciones: alineados al borde del camino, completando tramos de 300 metros, y formando grupos de tres o cuatro ejemplares, cada 500 metros, para crear zonas de sombra.

    El único edificio construido en su día es la estación de El Romeral, en Alhama, que de momento no será utilizado. En estado ruinoso, está previsto que pueda rehabilitarse para que funcione como centro de interpretación del espacio protegido de los Saladares del Guadalentín.

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