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27 enero 2016

De vagones sin humo a vagones en silencio

   

Por Jesús Copeiro

Hace muchos años, cuando estuve haciendo estudios de post grado en la Universidad de Oslo, en el bienio 1970-1971, me sorprendió gratamente la existencia en los trenes noruegos de vagones para fumadores y vagones para no fumadores. Yo no era fumador y me sentía mal cuando el humo de los cigarrillos enrojecía mis ojos y entraba en mis pulmones. Acababa inevitablemente con una severa conjuntivitis y tosiendo como un tísico. Así que los viajes en los trenes noruegos llegaron a ser deliciosos, además de confortables.

Pero claro, la realidad se impuso a mi vuelta a España con los trenes apestando a tabaco. En nuestros vagones no existía tal separación y la mayoría de las veces tenía que hacer el viaje de pie en la plataforma de entrada, entre un vagón y el siguiente. Allí notaba menos la contaminación. En ADARO, la empresa donde trabajaba, me proporcionaron un despacho para no fumadores; era al menos algo de agradecer y un punto de apoyo para empezar la conquista de nuestros derechos. Y a las cartas que dirigí a RENFE siguieron las cartas a IBERIA, solicitando un espacio libre de humos. Y conseguimos que Valverde del Camino fuera el primer ayuntamiento español donde no se pudiera fumar en los plenos municipales. Bueno, a las generaciones más jóvenes esto parecerá algo del pasado, pero no hace tanto tiempo, solo cinco años desde aquel 2 de enero de 2011, en que la mejora de la salud se implantó por ley en los espacios públicos cerrados.

Hace unos años en los trenes noruegos empezaron a funcionar vagones para los que usan teléfonos móviles y vagones sin teléfonos móviles. Pues bien, siempre pensaba que pronto llegaría a nuestro país el silencio en los trenes. Y así ha sido, aunque de forma tímida. El pasado 30 de diciembre pudimos comprobar en el AVE de Madrid a Sevilla el uso y disfrute de un vagón en silencio. En dicho vagón no se permite el uso del teléfono móvil, ni pasa el carrito de las bebidas, ni pueden viajar niños, ni se permite hablar alto y la iluminación se atenúa consiguiendo una atmósfera cálida que invita al sueño. Una delicia, vamos. Todo un contraste cuando quieres acceder al bar y has de atravesar el resto de los vagones con críos berreando y “yuppies” gritando al teléfono.

El vagón en silencio lo implantó RENFE hace año y medio, el 7 de julio de 2014, aunque sólo en los AVES y un único vagón por trayecto. Sería de agradecer que se aumentara el número de vagones y que se implantara también al resto de trenes de largo recorrido.

Vagón en silencio, AVE Madrid-Sevilla, 30-12-2015Reposacabezas con los símbolos de las prohibiciones en un vagón en silencio. Foto de Elin von Munthe

 

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