TRENEANDO

Treneando supera ya los 4.000.000

 

proyecto-trenes-4

Con vuestro permiso. Voy a hablar de mí. LLegado a estas alturas, creo que no sólo es conveniente sino obligado. Porque Treneando supera ya los 4.000.000 hits o impactos. Y quiero haceros partícipes de este logro, porque la ocasión así lo requiere. Dejadme, por tanto, que hoy presuma de ello y me adelante a celebrar con vosotros mi séptimo año de presencia diaria en internet.

Se dice pronto. Son 82 meses de presencia continua en la red. Treneando está a punto de cumplir siete años. Abierto todos los días del año para satisfacer la curiosidad, el entretenimiento o la información. Porque este humilde blog solo tiene un objetivo. Como dice en su presentación, está ahí para contar lo que acontece en torno al mundo del tren. Y en ese todo caben tantas cosas que, al final, se hace más fácil de lo que parece comparecer a diario ante vosotros. Porque, seamos sinceros, uno escribe con un solo fin: que le lean. Y cuanto más se pueda contribuir a difundir el mundo del tren, popularizarlo y hacerlo accesible a todos, mejor para mí y mejor para los lectores de esta bitácora.

Superar los 4.000.000 de visitas colma las aspiraciones de cualquiera. Como he repetido ya varias veces, este blog nació casi por casualidad, tratando de demostrar si la herramienta era válida para construir unas bitácoras interesantes, aunque en una plataforma diferente. Y el primero que quedó atrapado en esa tupida red fui yo, que ya no puede escapar a esa cita diaria con quienes estáis ahí, al final de la cadena, para leerme. El reto era ese, acudir a la cita puntual (algunos creen que soy demasiado persistente y constante) con mi testimonio del día (hubo un tiempo en que escribía hasta tres pots diarios, pero es evidente que ese ritmo resulta desmesurado). Me consta que hay lectores habituales que esperan, poco antes de la medianoche, el encuentro con Treneando. Y eso ya es suficiente aliciente.

Siento repetirme. Pero es así. Treneando nunca ha pretendido ser una plataforma para especialistas (las hay muy buenas e interesantes). Más bien el objetivo es hacer visible y palpable ese universo que se mueve entre las dos vías; sin espantar a los primeros y conquistar a los demás o, al menos, tentarles. Y con el tiempo, he ido alcanzado pretensiones más altas, por qué no, de forma que esta bitácora sea cuando menos objeto de curiosidad para mucha gente. Y con ese ánimo me enfrento todos los días a una batalla que confío en ganar para alcanzar el verdadero premio: lectores que necesiten leer y que se sientan satisfechos con lo que leen. Tan sólo eso.

Este tiempo ha dado para mucho. Gracias a este blog he ido consolidando mis conocimientos. Y además he conseguido abrir un pequeño agujero en ese mundo tan pétreo de los ferroviarios que miran con recelo a los que somos ajenos al sector. Me consta que no lo hacen a mala fe; pero desconfían (no sin razón) de quienes pretenden dar lecciones y señalar caminos. Poco a poco, con un trabajo constante, he ganado algunas confianzas, pero reconozco que aún parezco sospechoso (…). Y que necesito más tiempo para desterrar miedos y prejuicios.

Treneando me ha dado ocasión de llevar el mundo del ferrocarril al medio donde trabajo. A través de una sección bautizada comorelatos ferroviarios pretendo haceros partícipes de ese extraordinario universo. Muchos de los temas que ahí he reflejado tienen su origen en este blog. Y gracias a los dos mi labor ha obtenido una inmensa recompensa. En enero de 2015 recogí el Premio de Periodismo ‘Ciudad de Guadix, que concede el ayuntamiento occitano, por un reportaje en el que glosaba la historia de la máquina más ferroviaria que circula por nuestro país.

Perdonad este ejercicio de ombliguismo. A algunos os parecerá supefluo; otros pensaréis que tampoco es para tanto. Quizá haya incluso algunos que festejéis conmigo esta ocasión. A todos, sin excepción, os doy las gracias. Gracias por permitirme seguir escribiendo sobre el mundo del tren. ¡Cuatro millones de gracias!

Pin It