EL MUNDO

9 septiembre 2015

Microteatro en un tren de vapor

  • El programa Priceless Cities de MasterCard ofrece una experiencia original para disfrutar del teatro. En total, cuatro obras que tendrán como escenario los vagones del Tren de Arganda

    METROPOLI.COM

    Actualizado:03/09/2015 16:49 horas

    Hoy suena lejano, pero hubo un tiempo en que los trenes se movían con vapor, entre crujidos metálicos y cadencias resoplantes. Fue el invento que revolucionó las comunicaciones en el siglo XIX. En España todavía existen algunas asociaciones y museos que conservan locomotoras antiguas y organizan viajes. Uno de los clásicos es el Tren de Arganda del Rey, en Madrid. Por eso, para los nostálgicos del ferrocarril y también para aquellos que busquen una vivencia distinta, Priceless Madrid organiza una jornada perfecta.

    Se trata de un maratón de microteatro, con cuatro representaciones, dentro de los vagones del legendario Tren de Arganda. La cita tendrá lugar el próximo 19 de septiembre por la mañana, en exclusiva para los Titulares de Tarjetas MasterCard. Además, entre obra y obra, se dispensará un aperitivo para compartir con los actores y los dramaturgos de los textos representados. La duración de la experiencia será de dos horas aproximadamente.

    El escenario, que no es otro que los vagones de estas máquinas centenarias, ofrece un inspirador atrezo de época. Habitáculos con asientos y paredes de madera restaurados brindan una ambientación difícil de conseguir de otro modo. Esto es posible gracias al Centro de Iniciativas Ferroviarias Vapor Madrid, una organización sin ánimo de lucro, que comenzó a adquirir y restaurar material ferroviario de la época en 1987.

    En 1990 llegó la primera locomotora a sus instalaciones y después de tres años salió de la estación dejando una estela de humo blanco. Al Tren de Arganda lo conocen como 'el que pita más que anda', ya que apenas alcanza una velocidad de 20 km/h. Claro que los trayectos de este ferrocarril están pensados para trasladarse en el tiempo y disfrutar del paisaje sin prisas y ahora, también, del teatro.

     

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