“Ni contigo ni sin ti, siglo y medio de ferrocarril en Huesca”, libro conmemorativo del sesquicentenario
 
 
 
Obra colectiva promovida por la Asociación Altoaragonesa de Amigos del Ferrocarril y coordinada y dirigida por Julio Alvira

Con motivo de la celebración de la llegada del ferrocarril a Huesca, seis autores, bajo el amparo de la Asociación Altoaragonesa de Amigos del Ferrocarril y la coordinación de Julio Alvira, han elaborado una obra colectiva sobre el ferrocarril en Huesca y su historia. Se publica bajo el título de “Ni contigo ni sin ti, cien años de ferrocarril en Huesca” y en ella se desmenuza la evolución del ferrocarril hasta la llegada de la alta velocidad, incluyendo testimonios de ferroviarios.

 
 

(17/06/2015) Según los autores (Jaime Larruga, Aurelio Viñas, Julio Alvira, Antonio Angulo y Aurelio Biarge y Alfonso Marco, colaborador de Vía Libre) “este libro pretende ser un pequeño homenaje al ferrocarril, a los ciudadanos oscenses que lo impulsaron y a los que con su esfuerzo lo trabajaron, es decir, al personal ferroviario”.

La obra cuenta las vicisitudes de la implantación de una conexión ferroviaria en la capital y su posterior desarrollo, relatando los principales hitos ferroviarios. 

La actividad en torno al ferrocarril en Huesca comenzó con el intento fallido de que la línea de Zaragoza-Lérida-Barcelona pasara por la capital oscense, que finalmente solucionó su problema con la construcción del ramal de enlace Tardienta – Huesca, de veintidós kilómetros.

Más tarde llegaría el ferrocarril de Huesca a Francia por Canfranc, vieja aspiración aragonesa, aunque fue realizado por entregas. El rey Alfonso XII visitaría Huesca para el inicio simbólico del comienzo de las obras en 1882. Debido a la falta de acuerdos con Francia, se abrió al servicio el trayecto hasta Jaca en 1893. Alcanzados los acuerdos, y tras la paralización de las obras debido a la Primera Guerra Mundial, Alfonso XIII inauguró la estación internacional de Los Arañones – Canfranc, por fin, en 1928.

Al año siguiente, en 1929, se pone en servicio el ramal entre Zuera y Turuñana —estación, esta última, situada cerca de Ayerbe—. Era una línea prácticamente recta que pasaba por Gurrea de Gállego y evitaba dar un rodeo de unos cuarenta kilómetros por Huesca. Otra vez la capital quedaba fuera de los ejes principales. El que fuera alcalde de Huesca desde 1927 hasta 1930, Vicente Campo Palacio, impulsó un proyecto ferroviario que uniera el Cantábrico con el Mediterráneo pasando por Huesca, para así paliar la marginación que ocasionaba a la ciudad la línea Zuera – Turuñana.

El accidente ferroviario ocurrido en el lado francés en la Semana Santa de 1970 interrumpió el tráfico para siempre. La reivindicación de su reapertura se ha convertido en uno de las grandes reivindicaciones aragonesas. Se cierra el ramal Zuera – Turuñana y, tras la petición de la Cámara Oficial de Comercio e Industria de Huesca, el tráfico con Canfranc vuelve a pasar por la ciudad.

La disposición de la estación, de tipo término o fondo de saco, constreñía el tráfico, y, sumando a ello las molestias que ocasionaban las máquinas de vapor dentro de la ciudad, comienza a plantearse la necesidad de construir una nueva estación, en las afueras de la ciudad y en vía directa.

La nueva estación no llegaba, de modo que se reformó el edificio principal de la existente. En 1972 se adecentaron el vestíbulo de viajeros y las diversas dependencias, así como toda la fachada. Se dotó a la estación de megafonía y se implantó la venta electrónica de billetes con reserva de asiento, sistema pionero en los transportes españoles, pues se aplicó incluso antes que en la aviación.

Posiblemente todo esto se acometiera al amparo del Plan Decenal de Modernización de Renfe de 1964-1973, durante el cual se inauguró la nueva estación de Zaragoza-Portillo, en 1972, clausurando para el tráfico de viajeros nuestra estación de referencia de Zaragoza-Arrabal.

 

En septiembre de 1980 se produce un acontecimiento ferroviario en nuestra ciudad: la creación de un nuevo servicio de viajeros directo de Huesca a Madrid mediante un TER (Tren Español Rápido) que une las dos capitales en cinco horas y cuarenta y cinco minutos. En febrero del siguiente año se prolongará su recorrido hasta Jaca con motivo de la celebración de la Universiada de 1981.

Llega un nuevo proyecto para modificar el trazado ferroviario y poder suprimir los pasos a nivel de la ciudad, pero su impulso fracasó en dos ocasiones.En el año 1984 Renfe comienza a cerrar cientos de kilómetros de líneas deficitarias. En una disposición gubernativa viene nominada la línea Huesca – Canfranc entre las propuestas para su cierre, tras la conclusión de los correspondientes estudios económicos.

El Ayuntamiento intuye la sentencia de muerte de la línea y ve inútil invertir las enormes cuantías económicas que se le piden. Al no hallar solución, tira la toalla. Tiene que conformarse con una estación Huesca – Término.

En 1991 se plantea la modificación de la red arterial ferroviaria de Huesca para racionalizar los terrenos de la estación con objeto de construir un nuevo edificio: una estación intermodal (entre diferentes medios de transporte). Otra será la propuesta de supresión del servicio de viajeros Canfranc – Huesca – Madrid, es decir, el tren denominado Río Aragón. Surge un movimiento ciudadano para protestar, la plataforma Andén-Tren, que propone su mantenimiento y el incremento de servicios con Zaragoza.

Casi a renglón seguido nace otro grupo, Colectivos Oscenses para la Potenciación del Ferrocarril, que propone la renovación y la electrificación del tramo Tardienta – Huesca, de 21,6 kilómetros, la creación de un servicio de cercanías con Zaragoza y la eliminación de los pasos a nivel de la ciudad.

 

Tras mucha presión política y social, se consigue la renovación y electrificación del Tardienta – Huesca. El primer tren eléctrico en pruebas entrará en esta ciudad el 21 de septiembre de 2000, ciento treinta y seis años después de que lo hiciera el primero de vapor.

En junio de ese mismo año 2000 cae bajo la piqueta el edificio de la vieja estación y en mayo de 2001 se abre al público la nueva estación intermodal, que albergará tanto a los trenes como a los autobuses, además de un aparcamiento subterráneo y un apartotel. Ya solamente falta sacar la vía del interior de la ciudad.

Esto último llega de la mano de un plan de infraestructuras que contempla dos importantes acciones en Huesca: se realiza la línea de alta velocidad  Zaragoza – Huesca y se apuesta por la renovación y la mejora de toda la línea Huesca – Canfranc. Esta vez la novedad será la construcción en Huesca de una variante que permitirá la salida de la vía del espacio urbano, algo que será realidad en 2007.

(FUENTE VIA LIBRE)

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