ABC.ES

18 marzo 2014

El tren de Toniolo

Publicado por  el mar 17, 2014

blog dibu

El último tren es el que más dura.
De hecho, en la estación de San Martín de la Vega (el tren de los dibus Warner) nadie lo recuerda.
Esta estación abandonada tiene algo de la de Hadleyville, donde Grace Kelly (Amy) veía pasar las horas para la llegada del tren que traía al loco suelto que había de matar a Gary Cooper (Will Kane), su marido, en Solo ante el peligro.
¿Y si de pronto llegara el tren que llevaba hasta Big Wiskie, en Sin perdón, a Richard Harris, regalando a los palurdos americanos la mejor defensa de la monarquía inglesa que imaginar se quiera?
Aquí pudo haber situado el ex pobre Gamoneda su tren de Matallana, el tren de la lucha de clases, pues hubo un tiempo en que todo intelectual (Exupéry, Guéhenno) pretendía convertir a los madrugadores obreros ferroviarios a los misterios de la cultura.
Exupéry juraba haber oído una vez, en Rusia, a Mozart interpretado en una fábrica, y luego, en los trenes de Francia, creía ver en cada menestral a un Mozart asesinado.
A lo lejos, en el loro de un coche estacionado en este parking donde un día competían por su popina el Coyote y Piolín, en canturreo que es contoneo, predica Eminem.
Los caballeros de la quincalla han afanado el cobre eléctrico de faroles y catenarias.
Bajo las vías yacen ochenta y cinco millones de euros de Gallardón, a quien llamaron Faraón.
¡Qué estación-término para Toniolo, aquel octogenario italiano condenado por la crisis a vivir su octogenariado en perpetuo movimiento ferroviario!
Nunca me he parado a dormir en la estación, sino que viajo también de noche, bajo al final del recorrido y vuelvo a subir en otro tren que parte –declaró en un apeadero Toniolo al ABC.
El Estado no le garantizaba techo, pero le proporcionaba un carné para ir en tren de balde.
Cuando tenga una pequeña casa, no echaré de menos esta vida.
Pobre Toniolo, metáfora de nuestra posmodernidad.

Pin It