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5 febrero 2014

EN ENERO SE CUMPLIÓ UN SIGLO DEL PRIMER VIAJE

Publicado un libro del tren Plazaola, un exponente de la "fiebre del raíl"

Escrito por el historiador Martinena, relata la vida del ferrocarril que unió 40 años Pamplona con San Sebastián

EFE - Martes, 4 de Febrero de 2014 - 

El Ayuntamiento de Pamplona ha editado un libro del historiador Juan José Martinena sobre el tren del Plazaola, el ferrocarril de vía estrecha que unió durante 40 años Pamplona con San Sebastián y que fue uno de los exponentes de la "fiebre del raíl" que se desató a principios de siglo.

PAMPLONA. "El ferrocarril del Plazaola. Un tren casi legendario que unió Pamplona con San Sebastián 1914-1953" es el título de la publicación de Juan José Martinena Ruiz, doctor en Historia y antiguo director del Archivo General de Navarra, que ha calificado hoy en conferencia de prensa la construcción de esta vía férrea como "un canto al progreso" de la época en Navarra.

El 20 de enero se cumplió un siglo del primer viaje que realizó este ferrocarril de vía estrecha que durante cuatro décadas conectó Pamplona con San Sebastián, haciendo posible el transporte de viajeros y mercancías, y cuyo trazado atravesaba Pamplona, que en ese momento contaba con 30.000 habitantes.

El embrión de una línea férrea directa entre Pamplona y San Sebastián data de 1893, año en el que entró en funcionamiento un tren de vía estrecha asociado a la minería, concretamente al mineral de hierro de las Minas de Plazaola (Berástegui) y a la explotación forestal.

Hasta 1904 este tren, que circulaba entre Plazaola y Andoáin, no obtendría autorización para transportar viajeros, en un trayecto que cubría entre 20 y 22 kilómetros.

El nuevo tren que tomó de él su origen y de cuyo viaje inaugural se conmemoran ahora 100 años no se configuró como tal hasta 1914, tras la obtención de las nuevas concesiones ferroviarias y después de tres años de obras.

Contaba entonces con siete locomotoras a vapor, de procedencia alemana, con vagones fabricados en Beasáin, y aspiraba a unir Pamplona con Lasarte a través de Irurtzun, Lecumberri y Leiza. De Lasarte a la capital guipuzcoana la conexión se haría a través de los Ferrocarriles Vascongados.

El trayecto hasta Lasarte, de 84,1 kilómetros, salvaba ríos, arroyos y barrancos a través de 37 puentes y 67 túneles. Había tres trenes de viajeros en cada sentido y en aquel momento el billete de primera costaba 14,30 pesetas y el de tercera algo menos de la mitad: 7,10.

La primera estación estaba donde actualmente se levantan las sedes de los sindicatos UGT y CCOO, aunque, tras el derribo de las murallas en 1921 y el desarrollo del Segundo Ensanche, se vio la necesidad de trasladarla a Conde Oliveto.

En 1929 comenzarían a usarse automotores diesel de fabricación inglesa y durante la Guerra Civil fue un transporte estratégico para el traslado de tropas y material militar, y el personal de la línea fue militarizado por el ejército de Franco.

El texto del historiador explica que, desde 1927, la creciente competencia de las empresas de autobuses para viajeros y las de camiones para las mercancías, todo ello por carretera, haría declinar esos pequeños trenes como el Plazaola, el Irati, el Tarazonica o el del Bidasoa, que acabaron desapareciendo en los años 50 y 60.

Martinena ha destacado que la desaparición de estos trenes fue "la crónica de una muerte anunciada", porque, ante los costes mucho menores del transporte por carretera, "la batalla estaba perdida".

Los trazados de estos antiguos trenes son en la actualidad, casi todos, paseos "verdes" para los excursionistas, plagados de historia.

El historiador ha puesto de relieve que el Plazaola supuso "un gran adelanto" para Pamplona y para el resto de Navarra, porque redujo de forma notable el tiempo del viaje hasta San Sebastián y además "llevó el progreso a una tierra que había estado secularmente abandonada en Navarra", como la zona de Leitza o Areso.

En ese sentido, el alcalde de Pamplona, Enrique Maya, ha asegurado que el Plazaola fue "el signo de una época", que era "innovadora, optimista", y que dejó su huella física en varios puntos de la ciudad, como la amplia curva de la avenida Sancho el Fuerte, que sigue el trazado del antiguo ferrocarril.

El Ayuntamiento de Pamplona ha editado 754 ejemplares de este libro que, en 159 páginas, recoge también fotografías, planos, esquemas y artículos periodísticos.

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