Los palos de golf ya suben al tren

Aunque no son pocos que se habían saltado la norma, los colectivos hosteleros habían pedido su retirada

23.09.2013 | 22:47

Prohibición levantada. Renfe ha eliminado una norma que daba problemas a que los campos de la Comunitat Valenciana recibieran «turistas de golf».

M. DOMÍNGUEZ VALENCIA Después de numerosas reivindicaciones, especialmente desde el sector de la hostelería y de los propios campos, Renfe ha levantado la prohibición vigente hasta ahora de no poder llevar palos de golf como equipaje en los trenes. Una norma que sólo se permitía hasta ahora en la línea Madrid-Málaga. Esta decisión abre la posibilidad a los campos de golf valencianos de recibir una nueva hornada de «turistas de golf», aquel que se desplaza en un día para disputar 18 hoyos, comer y regresar.
Los campos de golf son, por norma, propiedad y de uso exclusivo de los socios. Sin embargo, la crisis económica y la reducción en el número de socios empieza a obligar a «abrir la mano» en la venta al público de «green fees».
Campos públicos como El Saler ven abierta una opción interesante. Su director, Francisco Contreras, se felicita. «Es una gran decisión, muy esperada y oportuna. Todo lo que sea facilitar a nuestro potencial cliente el viajar, y sin duda alguna, esto lo es, es muy positivo y redunda en beneficios inmediatos. Se va a notar seguro. Permite acercar a nuestro gran cliente potencial, el de Madrid, al campo y al Parador. En todos los campos de la Comunitat les ofrecemos un clima fantástico para la práctica de este deporte, campos con una grandísima relación calidad-precio, muy superior a la de sus lugares de origen y una oferta gastronómica, muy importante para el golfista».
«Noticia excelente»
El director del campo de La Sella, Carlos García, sabe que, siendo abierto público, su campo responde a otro perfil, el del residente extranjero asentado en la Marina Alta. «Pero, vamos, si tuviéramos una estación cerca, a nosotros y a Oliva Nova nos vendría estupendo. Esto beneficiará sobre todo a los campos que estén cerca de Valencia porque pueden bajarse del tren, ir a jugar y volverse». O, por lo menos, no muy lejos. El campo de La Galiana de Carcaixent es comercial esto es, sin socios y su clientela son jugadores de cualquier parte del mundo. Para su director, Rafael Martínez, «es una noticia excelente. Sobre todo, pensando en los jugadores de Madrid». Y pone el ejemplo del propio dueño del campo, Carmelo Ezpeleta: «Sale de Madrid a las ocho y diez de la mañana y antes de las siete de la tarde está de vuelta tras haber jugado y haberse comido una paella. Acortar las distancias y dar facilidades es lo mejor que puede pasar al turismo de golf, que está mucho menos valorado de lo que se debería porque es un turista que hace gasto, tanto en el campo como en hoteles o restaurantes».
Y es que lo que hace Renfe ahora es eliminar una norma laxa. «Poder, podías subir con los palos al tren» coinciden los responsables de La Galiana y La Sella. «Otra cosa es que entre un grupo grande y sin avisar». De hecho, en los aviones hay que pagar una tasa porque las bolsas no pueden pasar por las cintas convencionales. Con todo, la decisión elimina cualquier duda y permite abrir la mano para un sector al que nunca le viene mal un participante más.