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9 septiembre 2013

Rumbo a Francia, estación a estación

El único tren que enlaza Alicante con el país galo tarda 10 horas en cubrir los 880 kilómetros hasta Montpellier

m. candela 09.09.2013 | 10:36

 

Alicante tiene una conexión ferroviaria internacional. Un tren que, diariamente, pasa por Orihuela, Elche, Alicante y Elda, procedente de Lorca, y viaja hasta Montpellier. Es un viaje de casi 900 kilómetros, que se cubre con un Talgo Mare Nostrum, que tarda 10'05 horas, un tiempo aparentemente excesivo y que se debe, sobre todo, a las innumerables paradas -especialmente en las provincias de Castellón y Tarragona- y a la lentitud del proceso de cambio de ancho de vías, entre ambos países.

Cuando se mueve, todo va sobre ruedas porque el tren alcanza y mantiene los 199 kilómetros por hora, tocando en algún punto los 200, pero acaba poniendo a prueba la paciencia de los viajeros con una parada tras otra. Es un transporte muy concurrido, hasta el punto que en agosto muchos días iba lleno y no se podían encontrar reservas; desde inmigrantes afincados en la zona sur de Francia a turistas, pasando por policías de Alicante destinados en la Aduana de La Jonquera, por citar un ejemplo. Todos ellos tienen que sufrir, en un sentido u otro, las continuas detenciones. La primera larga es en Valencia, de hasta quince minutos, en la que incluso el tren cambia de sentido.

Después, el aburrimiento, especialmente en la provincia de Castellón y también al principio de la de Tarragona. El tren para en la capital, normal, y luego lo hace también en Benicàssim, Benicarló y Vinarós, para luego detenerse igualmente en Amposta, Cambrils y Salou. Una de las paradas se consuma a los tres minutos de la arrancada anterior, algo que a los viajeros les resulta sorprendente, pensando en un tren que hace un viaje de más de 1.000 kilómetros.

A partir de ahí, sin embargo, el viaje resulta más razonable, ya que solamente se hacen las paradas «lógicas», como son Tarragona, Barcelona y Figueres, para volver a ralentizarse en la conexión internacional, por la necesidad de efectuar el cambio de vías. Una vez en Francia, sólo hay tres paradas -Perpignan, Narbonne y Beziers-, antes de llegar al destino en la moderna estación de Montpellier. El tren sale de Alicante a las 11,09 y alcanza la ciudad gala a las 21,14, salvo retrasos.

El Talgo Mare Nostrum dispone de cafetería, que a la postre es el único servicio con que cuentan los pasajeros, ya que no está previsto catering ni en clase turista ni en preferente, en un desplazamiento que cuesta 100 euros en segunda clase. También hay televisiones por las que se emite una única película en todo el desplazamiento.

Renfe, sin embargo, ha introducido cambios en los últimos meses, merced a la puesta en marcha del servicio de alta velocidad entre ambos países, que no es real -la línea específica no empieza hasta Montpellier-, pero que supone un cierto acortamiento del viaje, eso sí, a costa de uno o dos transbordos. Por ejemplo, este verano se ha podido coger un Euromed en Alicante a las 9,25 que llega a Barcelona a las 14,09; tras una espera de dos horas, un Avant traslada a los pasajeros hasta Figueras-Vilafant, de donde parte un TGV (AVE francés) que llega a Montpellier a las 19,23. Este tren sigue hasta París, destino que alcanza, ya a alta velocidad, alrededor de las 22,45. En este caso, el Euromed, que también realiza el sentido opuesto incluso directo de Figueras a Alicante, sí ofrece servicio de catering en preferente. Además, este Avant acorta el desplazamiento en media hora entre Valencia y Barcelona, ya que reduce el número de paradas, limitándose a las capitales. La velocidad de crucero es la misma.

También se ha introducido una conexión Madrid-Valencia-Figures, con trenes Avant, que es posible alcanzar en la capital de la Comunidad, también destinados a conectar los AVE que llegan hasta París. Esta opción es accesible sobre todo para los residentes en el norte de la provincia, que también disponen de parada en Xàtiva en el Mare Nostrum que va a Montpellier.

La duración del viaje, de cualquier manera, se apunta como excesiva, a tenor de los tiempos que se están manejando actualmente entre Madrid, Alicante y Valencia, que permiten una confortabilidad que no se alcanza de ninguna manera en los desplazamientos a Francia.

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