La reconstrucción judicial del viaje del tren Celta desde Vigo a la estación deO Porriño se realizó ayer sin novedades reseñables, y sin datos que por el momento hagan variar la principal hipótesis del accidente: el maquinista portugués se habría despistado una vez tomado el desvío hacia la vía 3 ordenado por el ADIF, al haberse detectado una irregularidad el día anterior. Aunque reconoció pulsando un botón el sonido de la baliza que le indicaba que debía reducir a 30 por hora, continuó a la velocidad acostumbrada en este tramo -el tren Celta no para en la estación porriñesa- y descarriló a 118 km/h.

Todo el trayecto fue grabado en vídeo, atendiendo principalmente a la señalización y a las balizas, especialmente los sonidos que estas provocan en cabina para alertar al maquinista. No se detectó ninguna irregularidad, aunque La Voz ha podido saber que los investigadores se plantean laposibilidad de que existiera algún tipo de interferencia entre las balizasrelacionada con la colocación de estos aparatos en las vías. De momento no hay nada concluyente, tan solo una hipótesis que explicaría que el maquinista, pese a reconocer la señal, no redujera la velocidad, pues una interferencia habría propiciado la confusión. Esta línea de trabajo se recogerá en un informe que elaborarán en las próximas semanas. Quizás para entonces tengan más datos, pues está previsto solicitar información sobre las balizas al ADIF.

El equipo de investigadores trabaja en descartar o confirmar esta hipótesis, que arrojaría luz sobre un suceso en el que todavía hay muchos interrogantes. Aunque uno de los peritos, el ingeniero de Caminos Juan Carlos Carballeira, aseguró ayer al final de la simulación que la distracción o el despiste, el factor humano en definitiva, sigue siendo la principal línea de investigación. «No hay nada hasta ahora que desmienta esto», aseguró.

Los miembros del equipo investigador recopilaron los datos del registro del tren y del puesto de mando de Ourense, y se desplazaron hasta los talleres deRedondela para analizar las suspensiones del segundo y el tercer vagón del tren siniestrado. En principio, todo estaría en orden en este ámbito. El representante de la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios (CIAF), Adolfo Vázquez, duda de que los frenos o la suspensión influyeran en el accidente, «pero hay que comprobarlo todo», precisó.

El viaje se hizo en principio en las mismas condiciones que el que realizó el tren Celta que acabó descarrilando en un desvío en la antesala de la estación de O Porriño hace ayer justo nueve meses, causando cuatro muertos y cincuenta heridos. Con una sola diferencia: estos convoyes llevan instalado ahora el ASFA digital que, al contrario que el analógico, habría frenado el tren en caso de exceso de velocidad.

En el retraso en la realización de esta prueba, aparte de los cambios de juezas, influyó la ardua tarea que supuso localizar a casi todos los pasajeros para tomarles declaración.