Peritos judiciales y técnicos de ADIF llevaron a cabo ayer un levantamiento topográfico y un escaneado tridimensional de las vías en el tramo de O Porriño donde se produjo el descarrilamiento que se saldó con cuatro personas fallecidas y medio centenar de heridos. El objetivo es simular las condiciones exactas en las que se encontraba la vía en el momento del siniestro el pasado 9 de septiembre, según explicó ayer en la estación porriñesa el perito Juan Carlos Carballeira. Los técnicos examinaron el estado de la línea férrea desde 200 metros antes del punto donde se produjo el descarrilamiento y tomaron datos durante toda la mañana. Además comprobaron que la señalización avanzada, la que anticipa al maquinista la velocidad que debe tomar en los siguientes tramos, funcionaba correctamente cuando se produjo la tragedia. Juan Carlos Carballeira explicó que cambiaron lámparas y comprobaron que si el sistema hubiera fallado se habría activado el mecanismo de seguridad. «Hemos hecho pruebas y todo funcionaba correctamente», explicó.

Las cajas negras desvelaron que el tren circulaba a 118 kilómetros por hora cuando tenía que ir cuatro veces más despacio en el momento del accidente. Por el momento continúan siendo una incógnita los motivos de este exceso de velocidad. «No podemos asegurar nada al respecto, solo que los sistemas de seguridad funcionaron bien», señaló Carballeira. Junto a la estación de tren de O Porriño continúa tapada con una lona azul la máquina del tren y los vagones, para cuyo traslado Renfe ya cuenta con permiso de la jueza.