LaVozdeGalicia.es

16 septiembre 2016

El tren frenó durante el trayecto, pero no lo hizo justo antes de descarrilar

Renfe y Comboios accedieron con anterioridad a los datos de la caja con permiso judicial

 

Imagen:XOAN CARLOS GILVídeo:BIBIANA VILLAVERDE / IÑAKY GRILO

 

Uno de los grandes misterios del accidente ferroviario de O Porriño, que causó cuatro muertos y medio centenar de heridos, es que no hay constancia de que se haya accionado el freno poco antes el momento del descarrilamiento. Lo habitual en estos casos, cuando el maquinista ya intuye el descarrilamiento, es aplicar el freno de emergencia y irse hacia atrás en la cabina para protegerse del impacto. Pero el análisis de los datos de la caja negra no revelan ningún descenso de la velocidad en los instantes previos al remonte de la vía después del segundo desvío. La otra cuestión que sorprende a los maquinistas es que el conductor del Celta no hubiera reducido la velocidad después de reconocer como mínimo dos avisos para moderar la marcha, aunque algunos maquinistas aseguran que tuvieron que ser cuatro.

 

Además, el análisis de las velocidades durante el itinerario demuestra que poco antes de los dos desvíos se accionó el freno, pues puede observarse una reducción considerable de la velocidad en los registros de la caja negra. ¿Dejó de funcionar el sistema de frenado en tan poco tiempo, o simplemente el maquinista no lo accionó al ver que la situación ya era irreversible?

Lo que sucedió en cabina es un otro misterio. Esta caja negra no graba las conversaciones, por lo que no es posible saber qué estaba pasando. Los principales testigos, desgraciadamente, están fallecidos. En este sentido, elaccidente del Alvia es mucho más transparente, pues se conoció la causa del despiste del maquinista al oír su conversación telefónica con el interventor en el momento clave, cuando tenía que reducir la velocidad.

Los datos de las cajas

Respecto a las cajas negras -el tren Celta llevaba dos, una de Renfe y otra de Comboios de Portugal-, La Voz ha podido saber que los técnicos de las dos operadoras accedieron a los datos de los registradores jurídicos antes de que el martes se volcaran en el juzgado de O Porriño en presencia de la jueza, el resto de los técnicos y los peritos. Fuentes del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) admitieron esta situación, pero recalcaron que se hizo con permiso de la instructora. El núcleo donde se guardan los datos de la caja, una pequeña pastilla negra a modo de disco duro, permaneció siempre bajo tutela judicial, sin posibilidad alguna de que fuera manipulada pues no se rompió la cadena de custodia. Renfe y Comboios accedieron a los datos a través de un lápiz de memoria. Se pensó que era mejor que los técnicos analizaran los datos registrados para después poder contestar a las preguntas de la jueza o la Fiscalía, así como del resto de técnicos que tomaron parte en la vista. Hay que recordar que, tras el accidente del metro de Valencia, se detectó que la caja negra había sido manipulada y datos cruciales fueron borrados.

Mientras, la titular del Juzgado de Instrucción número 2 de O Porriño ha declarado compleja la causa judicial. Lo hace a petición de la Fiscalía e implica que la instrucción tendrá un margen de 18 meses para completar las diligencias que se consideren oportunas. Suele ser habitual que se declare la complejidad de la causa cuando es necesario realizar informes periciales, como es el caso.

Por otra parte, el grupo parlamentario del PSOE pidió ayer la comparecencia del ministro de Fomento y de Justicia en funciones, Rafael Catalá, para que informe en comisión del accidente. De momento, solo explicarán el siniestro los presidentes de Renfe y del ADIF.

Una simulación aclarará el funcionamiento de las señales

 

 

Los avisos L1 que no atendió el maquinista no significan en exclusiva que el maquinista debe entender que su tren va a entrar por una vía desviada. Se trata de un aviso restrictivo, que en cualquier caso implica moderar la velocidad, pero no necesariamente informa de que va a circular por una vía desviada donde, por defecto, se debe circular a 30 por hora. También puede indicar un anuncio de parada, pues el sonido que debe reconocer el maquinista apretando un botón está relacionado con el color ámbar de la señal, y ese color se comparte con la de anuncio de precaución, que incluye también el verde y es la que se emplea para señalar el paso a desviada. Los maquinistas llevan años pidiendo que estas señales se discriminen, pues las circunstancias en la vía son totalmente diferentes. Uno de los técnicos recordó este aspecto durante la vista judicial en la que se volcó los datos de la caja negra. Efectivamente, se recibieron avisos para reducir la velocidad, pero por el momento no se podría asegurar que la señal era de anuncio de precaución.

Los expertos que trabajan en la investigación creen que tanto las señales como los cambios de agujas funcionaron correctamente con una certidumbre del 90 %. Pero para despejar todas las dudas se plantean realizar una simulación con un tren y realizar el mismo recorrido del convoy accidentado, una diligencia que se realizará cuando las vías estén liberadas. La retirada del tren podría retrasarse hasta la próxima semana. El juzgado está a expensas de que los peritos concreten los días que necesitan para examinar el convoy siniestrado.

Por otra parte, el Ayuntamiento de O Porriño acordó ayer por unanimidad convocar una concentración para el próximo día 30 para exigir el soterramiento de las vías del tren que pasan por el centro de la villa, una reivindicación que data de la mitad del siglo pasado y que no ha sido atendida pese a los sucesivos accidentes.

 

 

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