El tren "Celta" que cubría la línea Vigo-Oporto descarriló el pasado viernes por el exceso de velocidad, según han confirmado fuentes judiciales. Las dos cajas negras, analizadas este martes, han revelado que el convoy iba a una velocidad cuatro veces superior a la permitida, en un tramo de obras. El accidente, que causó cuatro muertos y 48 heridos, se produjo en la estación de O Porriño (Pontevedra). 

Los trenes que hacen el recorrido diariamente alcanzan una media de 120 kilómetros por hora. Sin embargo, el convoy tendría que haber reducido la velocidad para desviarse desde la vía principal a una secundaria por los trabajos de mantenimiento que, según han declarado desde los técnicos de Renfe y ADIF, estaban bien señalados. La velocidad permitida en ese tramo era de 30 Kilómetros por hora y el tren viajaba a 118.

De los datos extraídos también se desprende, “sin perjuicio de posteriores concreciones”, según matiza el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, que el maquinista confirmó haber recibido la señal de moderar la velocidad. El volcado de la información de las dos cajas negras, una instalada por Renfe y la otra la compañía portuguesa Comboios, se ha realizado en el juzgado número 2 de O Porriño que se hizo cargo de las investigaciones para esclarecer las causas del siniestro.

La juez instructora ha citado, para esta fase inicial de las diligencias, a los representantes de Renfe, a su empresa gestora de infraestructuras ferroviarias, ADIF, a la compañía Comboios de Portugal y a la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios (dependiente del Ministerio de Fomento), así como peritos designados por la Xunta de Galicia. El exceso de velocidad ha sido confirmado también por uno de los peritos judiciales designados por la Xunta, Juan Carlos Carballeira, que asistió al volcado de los datos de las cajas. A su salida del juzgado, el perito declinó desvelar más detalles de los registros, pero constató el hecho de que el exceso de velocidad del tren Celta es una información determinante.

Por el momento los restos del tren siniestrado permanecen en las inmediaciones de la estación de O Porriño donde los peritos y varios ingenieros de caminos designados continúan inspeccionando los vagones. El juzgado instructor ha autorizado este martes la repatriación del cuerpo del maquinista a Portugal, tras la recepción de la huella indubitada y la confirmación oficial de su identidad por parte de la policía judicial. Respecto al viajero norteamericano fallecido, el juzgado confirmó que ya ha sido identificado por lo que procederá a su repatriación en las próximas horas, trámites que se están realizando con la colaboración de la Embajada de EE. UU.