La vida de Carlos Roberto Díaz, de 28 años, cambió la madrugada del 4 de agosto del año pasado. Ese día, salía de marcha con unos amigos cuando llegaron a la estación de metro de Hospital Clínic en Barcelona. Al bajar, el joven empezó a jugar con un amigo suyo con tan mala fortuna que se desequilibró y la pierna se le quedó atrapada en el agujero entre el andén y el vagón mientras el metro salía. «Me arrastró unos metros y la pierna quedó destrozada», explica Carlos, al que tuvieron que amputarle la pierna izquierda como consecuencia de este accidente.

Además recuerda que salvó su vida porque el accidente se produjo en la estación de Hospital Clínic. «bajaron médicos directamente desde el hospital ya que un amigo salió a pedir ayuda, ni vino ambulancia», destaca Carlos que explica que perdió cinco litros de sangre en cinco minutos. «Si llega a pasar en otra estación, muero mientras espero ayuda», afirma, aunque recuerda que su pierna quedó destrozada y fue «imposible de salvar».

Desde entonces tuvo que dejar su trabajo de rehabilitación vertical de fachadas y se centró en su recuperación tras pasarse tres meses en el hospital. También está a la espera de conseguir una prótesis. Junto al proceso para recuperar su vida, Carlos inició una reclamación ante Transports Metropolitants de Barcelona (TMB). «Si no hubiera estado el agujero no habría pasado este accidente», considera el joven que también asume su parte de culpa de lo ocurrido.

«Fue por un juego pero en las estaciones podrían poner pantallas como las de los Ferrocarriles para evitar acercarse a la andana», afirma Carlos. También explica que ha enviado diversas cartas a TMB sin obtener respuesta. Por eso, ha iniciado una reclamación a la empresa pública pidiendo que asuman su parte de culpa en el accidente».

La abogada Leire López, del despacho Vosseler Advocats, ha presentado una reclamación a la compañía de transporte pidiendo un acuerdo amistoso para que Carlos sea indemnizado por la pérdida de su pierna ya que considera que el seguro obligatorio del viajero, que asumes cuando compras el billete, cubre el siniestro. La propuesta de los abogados llega antes de iniciar «acciones judiciales» por este siniestro. La compañía de seguros de TMB ya se puso en contacto con los abogados del joven y de momento no se ha alcanzado ningún acuerdo entre las partes.

De momento, Carlos está sufriendo «una situación muy dura», indica, ya que vive sólo y hasta ahora le está costando desenvolverse sin una pierna. Por eso, ha querido agradecer el apoyo de los numerosos amigos que ha hecho en los 10 años que vive aquí, desde que vino muy joven procedente de Honduras donde nació. Quedarse sin pierna no le ha quitado una de sus grandes pasiones: el fútbol. Sigue jugando, ahora en un equipo formado por futbolistas con amputaciones, que no descartan ir a competir en un torneo internacional de este deporte en noviembre.