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1 julio 2014

Badajoz-Madrid, ocho horas en tren

El tren de mercancías afectado por la fuga.El tren de mercancías afectado por la fuga. / J.M. ROMERO

  • Una fuga de amoniaco de un mercancías en Mérida ocasionó retrasos en toda la provincia pacense

    Circular ayer por tren por las cercanías de Mérida se convirtió en algo más ajetreado de lo esperado. Un escape de amoníaco en un tren de mercancías de la empresa de fertilizantes Fertiberia en la estación de Mérida ha afectó al tráfico de toda la provincia. Por ejemplo, el tren que partió de Badajoz a las 7.17 horas no había alcanzado Montijo (a 41 kilómetros) tres horas después de la salida y tardó ocho horas y cuarto en llegar a Madrid, más de tres horas de retraso.

    Según informó el 112 y Adif, a las 06.05 horas de ayer se detectó a su llegada a la estación de Mercancías de Mérida una fuga de amoníaco en una válvula en el segundo vagón de un total de doce de un convoy ferroviario que procedía de Huelva y tenía destino Badajoz.

    Inmediatamente se cerró la estación, y se activó el protocolo previsto para estos casos. Se desplazaron dos dotaciones del Parque de Bomberos de Mérida con cinco integrantes y el jefe de guardia, a la vez que se prealertó al Parque de Almendralejo de manera preventiva, según la Junta. También acudieron efectivos de la Policía Local y del Cuerpo Nacional de Policía de Mérida, personal técnico de Adif y una unidad de Protección Civil de la Junta, a la vez que se prealertó a la ambulancia del 112 en Mérida.

    A las 6.37 llegaron los bomberos, que actuaron sobre el vagón cisterna, refrigerándolo primero y sellando luego la fuga detectada.

    De la misma manera, se procedió a cortar la circulación de todos los trenes que tenían previsto su paso por Mérida, que quedaron estacionados en estaciones intermedias. Concretamente, cinco trenes de pasajeros permanecieron estacionados en diferentes puntos próximos a Mérida, Calamonte, Montijo o Aljucén, entre otros. Además, se realizó el transbordo por carretera de otros dos trenes.

    A las 09.25 horas los bomberos acabaron su trabajo. El tren mercancías afectado salió a las 09.40 en dirección Badajoz y con destino final a Portugal.

    Parados en el trayecto

    Uno de los trenes afectados fue el que salió a las siete de Badajoz. Tuvo que esperar dos horas en Guadiana del Caudillo, y posteriormente otra más en Montijo. Allí sus pasajeros se unieron a los de otro tren, concretamente el que partió a las 6.56 también de Badajoz con destino a Alcázar de San Juan (Ciudad Real).

    Al centenar de pasajeros que habían salido desde Badajoz les hicieron bajarse de los vagones y entrar en la estación de Montijo, dado que había que esperar que pasara el tren de mercancías que había tenido el escape. Por protocolo de seguridad, esperaron dentro hasta que vieron por las ventanas de la estación pasar las cisternas enganchadas. Instantes después, se abrieron las puertas y permitieron que los pasajeros volvieran a sus asientos. A las 10.32 los trenes reanudaron su marcha. A ellos habían subido pasajeros de otros trenes de la provincia que también se vieron alterados en sus rutas.

    Los viajeros esperaban con paciencia mandando mensajes de móvil a sus familias, llamaban a los trabajos para explicar el retraso o abordaban a los revisores para preguntar por sus conexiones. Algunos paraban en Madrid para coger otro tren con destino a Tudela, Zaragoza, Barcelona o Valencia. El revisor, Juan Moya, se afanaba en tranquilizarles. Renfe buscaba ya las conexiones posibles con los siguientes trenes. Aun así, la mayoría tenía la última parada en Cáceres y Mérida.

    PARADOS

    VARIOS TRENES HAN SIDO DESALOJADOS EN MONTIJO

    Los pasajeros ha seguido el protocolo de seguridad y se han introducido en la estación de la localidad pacense hasta que ha pasado el tren de mercancías / R.R.

    A Barcelona viajaba Estefanía Suárez con sus tres hijos de 3, 6 y 9 años. Daba por perdida la conexión mientras esperaba en el andén de Montijo con su pequeña en brazos. Debía estar a las 12.30 horas en Madrid y el reloj pasaba de las diez. Además de los niños, le preocupaba llegar a su trabajo en la ciudad condal, que debía empezar a las siete de la mañana de hoy.

    En la biblioteca de Don Benito esperaban a Germán Zacarías. Viajaba en el tren de Alcázar de San Juan, como hace cada mañana desde hace seis meses. Nunca ha tenido un problema de este tipo y se lo tomaba con buen humor. «Nos ha tocado hoy», aceptaba resignado mientras realizaba la enésima llamada a su padre para que no fuera a recogerlo.

    Nazareth Rodríguez vivió el suceso en la estación de Mérida. Como cada mañana, acudió para coger la línea que la lleva a Cáceres, donde empieza a trabajar a las nueve. Lo peor, decía visiblemente indignada, era la falta de información.

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