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2 enero 2013

los pq de romanillos

¿Por qué el Gobierno quiere privatizar Renfe?

El Gobierno español es, sobre el papel, el que más prisa se está dando para liberalizar el transporte ferroviario, que no es lo mismo que privatizarlo, como se asegura desde el Ministerio de Fomento. Moncloa se ha comprometido ante la Comisión Europea a que el servicio de viajeros quede liberalizado el 31 de julio de este año, y ha adoptado dos decisiones: subir las tarifas de cercanías un 3% y señalar las líneas de media distancia que se consideran servicio público y serán financiadas por el Estado.

Haciendo clic en este acuerdo del último Consejo de Ministros del año se comprueban cuáles son los trayectos de media distancia que van a permanecer en el futuro con seguridad. Los que no figuran en ese listado tienen todas las papeletas para desaparecer o, eventualmente, pasar a ser explotados por una compañía privada.

La citada referencia del Consejo de Ministros habla de reorganización y reducción de gastos, sin mencionar datos precisos que maneja el Ministerio de Fomento sobre rentabilidad de líneas de ferrocarril y de estaciones, como estos:

  – En la mitad de las 677 estaciones de tren que hay en nuestro país, durante 2011 se apeó una media de 5 viajeros diarios, y en 177 de esas estaciones la media no llegó a un pasajero al día. Tres estaciones de Asturias, Cantabria y Comunidad Valenciana recibieron un pasajero en todo el año 2011.

  – El mantenimiento de los trenes de media distancia cuesta 478 millones anuales y la facturación cubre el 40% de esa cantidad.

  – Se da el caso de algún trayecto donde el precio del billete es 11 euros y su coste, 371 €.

  – Solo cuatro de las rutas del AVE, las que unen Madrid con Barcelona, Málaga, Sevilla y Valencia cubren el coste de explotación, cosa que no ocurre en ninguna de las líneas de alta velocidad con trenes Avant.

El Ministerio de Fomento, acuciado por los malos resultados comerciales de Renfe cuyas deudas superan los 5.000 millones y pérdidas superiores, tiene previsto dividir esa operadora en cuatro “sin descartar la posible entrada de capital privado en las nuevas empresas si se considerase conveniente”, según se lee en el plan presupuestario enviado a Bruselas el verano pasado.

Cualquier gobernante sabe que el transporte ferroviario no debe dejarse totalmente en manos privadas por dos razones fundamentales: las comunicaciones ferroviarias, sobre todo su infraestructura, tienen alto valor estratégico para los estados y ese sistema de transporte cumple un objetivo de cohesión territorial que está por encima de criterios comerciales.

Eso explica el reciente acuerdo del Consejo de Ministros antes citado sobre obligatoriedad del servicio público. Y eso es lo que está detrás de las reticencias de Alemania y Francia a la liberalización de sus ferrocarriles, sin compartir la posición española de adelantarse a cumplir lo que es un objetivo europeo para el año 2019.