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martes, 29 de diciembre de 2020

80 AÑOS DE TROLEBUSES EN ESPAÑA(III)

 

 

Electrovía del Bidasoa, primer antecedente del trolebús en España, diseñado por el ingeniero navarro Gregorio Ararola Gresillón. Archivo Euskotren/Museo Vasco del Ferrocarril
 

 

EMILIO AZAROLA GRESILLÓN

Al ingeniero navarro Emilio Azarola Gresillón le corresponde el honor de ser el primer impulsor del trolebús en España. Nacido en Tafalla el 12 de junio de 1872 en el seno de una familia acomodada, cursó sus primeros estudios en su localidad natal para, más tarde, realizar el bachillerato entre 1885 y 1888 en el madrileño Instituto Cardenal Cisneros. Posteriormente ingresó en la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, en la que se licenciaría en 1895.

Desde sus inicios, Emilio Azarola fue un gran defensor de la tracción eléctrica en ferrocarriles y tranvías, así como un notable emprendedor en toda clase de proyectos, sobre todo de generación hidroeléctrica. En 1896, cuando apenas había concluido sus estudios superiores, presentó un llamativo proyecto para la construcción de un ferrocarril eléctrico entre Pamplona y Logroño que aprovecharía los ricos recursos hidráulicos existentes en el entorno de Estella. La propuesta contemplaba la utilización de un reducido ancho de vía de tan solo 750 milímetros, instalada en el margen de la carretera que comunicaba ambas capitales y la tensión de alimentación sería de unos 900 voltios en corriente continua.

Azarola presentó su propuesta a la Diputación de Navarra y también divulgó su idea a través de la Revista de Obras Públicas, publicación periódica de la que sería asiduo colaborador, con más de veinte artículos de su autoría. Poco después, el 17 de abril de 1900, ingresó definitivamente en el Cuerpo de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, actividad funcionarial que compaginó con iniciativas privadas, sobre todo en proyectos de generación de fuerza eléctrica en Navarra, como fueron la Electra Industrial de Tafalla y la Electra de Aoiz.

En 1903 Emilio Azarola contrajo matrimonio con Amelia Echevarría, una maestra del pueblo navarro de Donestebe, al que trasladó su residencia y, con ello, sus intereses empresariales. Fue en aquella época cuando tomó conciencia de las difíciles comunicaciones del valle del Bidasoa y en la que, ante el elevado coste que habría supuesto implantar un ferrocarril en la zona, decidió promover una alternativa más económica, el electrovía, sin duda inspirado en las líneas que en aquella época estaba desarrollando en Alemania el ingeniero Max Schiemann.

El Electrovía del Bidasoa enlazó, a partir del 3 de mayo de 1911, Bera de Bidasoa con la localidad fronteriza de Behobia y consistía en un camión de tres ruedas que era impulsado por un motor eléctrico situado bajo el bastidor, que a su vez accionaba el eje trasero mediante una transmisión por cadenas, mientras que la rueda libre delantera disponía de los elementos de dirección necesarios para su guiado. La alimentación del conjunto se realizaba gracias a una línea aérea bifilar tendida a lo largo de la carretera, sobre la que rodaba un pequeño carretón, patentado por el propio Azarola, conectado mediante cables al vehículo. Funcionó con regularidad hasta 1916, fecha en que fue adquirido por el Ferrocarril del Bidasoa, inaugurado ese mismo año, por 7.000 pesetas, con el propósito de eliminar su posible competencia.

Los trabajos científicos de Azarola se tradujeron en una docena de patentes propias, desde la toma de corriente para su electrovía hasta sistemas de cambios para la transmisión de las bicicletas o métodos para la construcción de tuberías para centrales hidroeléctricas. Además, en los años treinta desarrolló una intensa carrera política en las filas del Partido Radical Socialista de Navarra, con el que salió elegido alcalde en las elecciones municipales de abril de 1931 que dieron paso a la proclamación de la Segunda República. Poco después fue elegido Diputado en las elecciones constituyentes de 1931. Participó activamente en los debates sobre el futuro estatuto de autonomía Vasco-Navarro, en los que fue firme defensor de la no integración de Navarra con las restantes provincias vascas. Más tarde, en el gobierno de Portela Valladares, fue jefe de gabinete del Ministro de Marina, su hermano Antonio. Tras su cese por el nuevo gobierno del Frente Popular, fue nombrado director del puerto de Santa Cruz de Tenerife.

Aunque las biografías consultadas sobre Emilio Azarola Gresillón señalan que falleció en 1950, es evidente que no fue así, ya que hay referencias a su persona en el Boletín Oficial del Estado en 1954, presentó alguno de sus inventos en el registro de patentes en 1955 y publicó su último artículo en la Revista de Obras Públicas en 1959, por lo que es de suponer que se trata de una errata y que, probablemente, murió en 1960.