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19 octubre 2018

 

LA PRIMERA LOCOMOTORA ELÉCTRICA DE LA MAQUINISTA TERRESTRE Y MARÍTIMA

 

 

 


Fotografía de fábrica de la primera locomotora eléctrica construida en La Maquinista Terrestre y Marítima. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
El objetivo principal de los nuevos talleres de La Maquinista Terrestre y Marítima en Sant Andreu era el de la construcción de locomotoras de vapor. Sin embargo, sus instalaciones eran adecuadas para una amplia gama de fabricaciones, por lo que los rectores de la empresa no desdeñaron la posibilidad de introducirse en nuevas tecnologías, como es el caso de la tracción eléctrica.
Placa de construcción de la primera locomotora eléctrica construida por La Maquinista Terrestre y Marítima, conservada en el Museo Vasco del Ferrocarril de EuskoTren. Fotografía de Juanjo Olaizola Elordi
 
En 1925 el ferrocarril de San Sebastián a la frontera francesa, el popular «Topo» donostiarra, adquirió a la alemana A.E.G. su primera locomotora eléctrica, con el propósito de mejorar sus servicios de mercancías, hasta entonces atendidos con unos modestos furgones automotores. Fue matriculada con el número 101.
La locomotora 102 maniobra en la estación de Amara. Fotografía de Christian Schnabel. Archivo EuskoTren/Museo Vasco del Ferrocarril
 
El resultado obtenido con la máquina construida en Berlín debió ser lo suficientemente positivo como para decidir adquirir otra unidad idéntica. Sin embargo, en 1927 la empresa concesionaria, la Sociedad Explotadora de Ferrocarriles y Tranvías, había ingresado en el nuevo Estatuto Ferroviario impulsado por el gobierno de Primo de Rivera, por lo que a la hora de licitar nuevos contratos debía dar prioridad a las empresas españolas. En este contexto, A.E.G. acordó con La Maquinista Terrestre y Marítima la construcción de la nueva locomotora en las instalaciones de la firma barcelonesa del barrio de Sant Andreu.
La locomotora 102 fotografiada en cabeza de un tren de mercancías en la estación de Herrera. Archivo de José María Valero Suárez
 
De factura muy similar a la 101, la nueva máquina fue matriculada como 102. Dado que era la primera locomotora eléctrica construida por La Maquinista Terrestre y Marítima, la firma catalana decidió iniciar una nueva numeración y en lugar de otorgarle el número de fábrica que le debería haber correspondido dentro del conjunto de locomotoras ya construidas por esta empresa, optó por concederle el número 1, tal y como se puede observar en su placa de construcción original, hoy conservada en el Museo Vasco del Ferrocarril de EuskoTren en Azpeitia (Gipuzkoa).
La locomotora 102 espera el cruce en la estación de Molinao. Archivo de Thomas Meyer-Eppler
 
La locomotora 102 de la Sociedad Explotadora de Ferrocarriles y Tranvías, primera de su tipo construida por La Maquinista Terrestre y Marítima, prestó sus servicios en el «Topo» hasta el 5 de febrero de 1977, fecha en que fue dada de baja tras sufrir un trágico accidente en la estación de Herrera. Poco después fue desguazada.

La locomotora 102 fue desguazada tras sufrir un accidente en la estación de Herrera el 5 de febrero de 1977. Fotografía de Pedro Pérez Amuchastegui