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eldiarionorte.es

27 diciembre 2013

¿Necesita el Bilbao metropolitano una reordenación del transporte público?

 

-El Ayuntamiento abre el debate sobre movilidad urbana en la comisión de transporte para repensar la organización de las líneas de Bilbobus a lo largo de 2014.

-Las Juntas Generales tendrán sus propia ponencia a comienzos de año para valorar el establecimiento de una autoridad única del transporte y la implantación del billete único.

-Los vecinos de la villa recogieron estas propuestas en 2008, junto con su apuesta por una mayor peatonalización de las calles o el fomento de la intermodalidad. Todavía siguen reclamándolas

Algo se mueve en Bilbao, 2014 podría marcar un antes y un después en la orografía del transporte público tanto de la propia capital como de todo el área metropolitana. Por un lado, el Ayuntamiento ha abierto el debate sobre la movilidad urbana y espera analizar y reordenar durante los próximos meses todo el entramado de líneas de Bilbobus. Las Juntas Generales, por su parte, han creado una ponencia sobre el transporte de todo Bizkaia en los que dos puntos clave serán las posibilidades de establecer una autoridad única que coordine todos los medios y la implantación del billete único con una tarificación en función de la distancia recorrida y no del número de trayectos realizados.

¿Pero necesita el Bilbao metropolitano una reordenación del transporte público? Parece ser que sí. La federación de asociaciones de vecinos de la villa hizo un análisis exhaustivo del sector en 2008 y prácticamente ninguna de las propuestas que realizaron ha tenido todavía respuesta. En el ‘libro blanco del transporte público’(incluido como archivo adjunto a esta información) se concluía que en el Gran Bilbao pueden llegar a competir hasta 4 o 5 medios diferentes por los mismos viajeros, todos ellos financiados con dinero público.

Están los autobuses de Bilbobus, gestionados y financiados por el Ayuntamiento de la capital, y los de Bizkaibus, de ámbito interurbano y cuyo control recae sobre la Diputación. El ferrocarril, por su parte, está representado por Euskotren y el tranvía, que dependen del Gobierno vasco, Renfe y Feve, del Gobierno central, y el metro, cuya gestión depende del Consorcio de Transportes de Bizkaia, que a su vez está formado por la institución foral, el ejecutivo vasco y los ayuntamientos por los que pasa el suburbano. Un lío que en total involucra a cuatro administraciones importantes diferentes y una veintena de consistorios de menor tamaño para gestionar la movilidad de poco más de 900.000 personas.

Lo peor de todo, sin embargo, es que aunque la financiación de todos estos medios de transporte parte siempre del mismo sitio, del bolsillo del contribuyente, la coordinación entre ellos deja mucho que desear. La mayoría compiten entre sí en alguna de sus líneas y en pocas ocasiones comparten recursos como paradas o sistemas de información sobre la situación de los convoyes. Entre 2003 y 2007, por ejemplo, Bizkaibus y Renfe perdieron más de 6 millones de viajeros cada uno, el metro, por el contrario, ganó 13 millones produciéndose así un trasvase de un medio a otro.

Debido a la crisis el número de desplazamientos general se ha reducido ligeramente durante los últimos años, pero la tónica sigue siendo que los viajeros que pierde un medio acaban revertiendo en otro diferente. El peligro principal de esta situación es que si un transporte público pierde demasiados usuarios se puede llegar a poner en duda su sostenibilidad, lo cual perjudicaría a aquellas zonas donde no hay una alternativa.

Los vecinos de Bilbao ya anticiparon esta situación hace cinco años y lanzaron una serie de propuestas encaminadas a hacerle frente. En la cabeza de la lista está la creación de una autoridad única del transporte que gestione todos los medios del territorio, los coordine y elimine la competencia que se pueda crear entre ellos. Esto, a su vez, permitiría la implantación del billete único y el cálculo de las tarifas en función del origen y el destino del desplazamiento y no del número de convoyes diferentes que se tomen como ocurre actualmente. Por último, también planteaban fomentar la complementariedad de los diferentes medios y la intermodalidad entre todos ellos compartiendo paradas siempre que sea posible. Asimismo, pedían que se priorizara cada transporte público allí donde es más eficiente con una apuesta especial por el ferrocarril, por ser uno de los medios que menos agrede al medioambiente.

 

Apertura del debate en Bilbao

A pesar de que los vecinos son una de las principales representaciones de los usuarios del transporte público, el Ayuntamiento no les ha pedido todavía que participen en la comisión que estudia la reordenación de la movilidad urbana. Las Juntas Generales, por el contrario, sí han solicitado su presencia, con lo que hacia finales de enero o principios de febrero participarán en la ponencia y allí llevarán una versión actualizada de su libro blanco.

Mientras el Consistorio deshoja la margarita, tanto el PSE como EHBildu han exigido al equipo de Gobierno que tengan en cuenta las propuestas de los vecinos así como el documentó que elaboraron en 2008. En la apertura del debate, tanto la coalición abertzale como el grupo socialista pidieron que la reordenación del transporte urbano de la villa se centre en la sostenibilidad, concretamente en lo referente a las peatonalizaciones y al uso de la bicicleta. El PP, por su parte, también incidió sobre las calles para transeúntes, pero puso el acento sobre los embotellamientos que habitualmente sufre Miribilla cada vez que un evento deportivo o cultural tiene lugar en el barrio.

En lo que a la movilidad urbana se refiere, los vecinos de Bilbao tienen varias aportaciones que hacer. Además del impulso continuado a las peatonalizaciones y al uso de la bicicleta en detrimento del coche privado, los residentes también apuestan porque las líneas de Bilbobus tengan recorridos más transversales. Su idea es que en vez del empeño actual por conectar toda la periferia con el centro se fomenten trayectos que unan unos barrios con otros. Asimismo, piden que la intermodalidad se fomente también en la villa y se establezcan paradas del autobús urbano sobre las entradas de otros medios de transporte como el metro, Renfe o Euskotren.