Emma Cadywould era británica y tenía 32 años. No pudo soportar la fuerte depresión posparto que sufría y a los seis meses de dar a luz se suicidió tumbándose en las vías del tren más cercanas a su casa. El conductor del ferrocarril, según informa el diario The Mirror, no pudo hacer nada por evitar al impacto, ya que el tren circulaba a 160 kilómetros por hora y no vio su cuerpo.
Emma, que era madre primeriza, sufría cada noche despertándose más de veinte veces. Además, presentaba ciertas tendencias suicidas, e incluso había llegado a comentar con sus familiares más cercanos la posiblidad de acabar con su vida. Sin embargo, a su marido Steve le ocultó este pensamiento.
La depresión posparto de Emma estaba controlada por su médico, que le había recetado antidepresivos, pero no logaraon paliar los dolores tanto físicos como psicológicos que padecía. Su marido ha reconocido que sabía del sufrimiento de su esposa pero nunca imaginó que pudiera llegar al extremo de suicidarse.