Categoría: LOS ACCIDENTES FERROVIARIOS
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elPeriódico.com

29 agosto 2013

ACCIDENTE EN UNA FIESTA MAYOR

Un urinario en la vía del tren

-Vecinos de Ascó denuncian que mucha gente accedió a la estación donde murió una joven

Martes, 27 de agosto del 2013

SÍLVIA BERBÍS
ASCÓ

Vallas para impedir el acceso a los andenes.

Vallas para impedir el acceso a los andenes. EL PERIÓDICO

Era la madrugada del sábado y hacía ya unas horas que había empezado el concierto en la plaza de la Estació, que en los últimos años se ha convertido en un lugar habitual donde celebrar actuaciones en el marco de las fiestas mayores de Ascó. Mireia, su hermana y alguna amiga más, según varios testigos, traspasaron las vallas que había instalado el ayuntamiento para impedir el paso de público a los andenes de la estación de tren. Querían orinar. Se escondieron en la segunda vía, protegidas de posibles miradas por el desnivel del segundo andén, una decisión fatídica, puesto que aunque las acompañantes de la joven de 16 años escaparon a tiempo, ella no pudo apartarse antes de que se le echara encima el convoy de mercancías que justamente pasaba por esa segunda vía. Murió en el acto. Las tres chicas no fueron las únicas en entrar en el recinto ferroviario esa noche. Testimonios presenciales han explicado que «pasaba tanta gente que los andenes y las vías se convirtieron en un urinario público», en palabras de uno de los jóvenes que esa noche asistían al concierto.

Anchura suficiente

Incluso reconoce que él traspasó dos veces durante la noche el doble vallado. «Había dos vallas de metal de esas con las que se cierran algunas obras, separadas unos cinco metros una de otra. La interior, que daba al recinto ferroviario, estaba considerablemente abierta, y la que daba a la plaza del concierto dejaba una abertura de al menos 40 centímetros, que con el tránsito de personas se fue ampliando y permitía tranquilamente el paso», explica. Según este vecino de Ascó, como él, «entraron decenas de personas antes de que se produjera el accidente, lo que ocurre es que la mayoría, especialmente los hombres, no bajábamos a las vías».

La vía donde un tren arrolló a una joven la madrugada del sábado.

La vía donde un tren arrolló a una joven la madrugada del sábado. JOAN REVILLAS

Anna, igualmente vecina de Ascó, certifica que «no es para nada exagerado decir que fueron a las vías decenas de personas a orinar». Y añade: «Nosotros justamente pasamos buena parte del concierto a muy pocos metros de la abertura de la valla y la gente entraba y salía con facilidad, no saltaban la valla, pasaban tranquilamente sin más».

Un tercer testigo apunta: «Ese tipo de vallas de metal sujetas al suelo con bloques de hormigón no se pueden escalar, porque ceden. Pero es que bastaba con pasar por el hueco». En su caso llegó a la plaza justo al producirse el accidente. «Bajando hacia la plaza, desde la perspectiva de la calle, que está más alta, veía gente dentro del recinto de la estación, bastantes personas».

Àngel Bret, presidente de la Unió Empresarial de Ascó, también alerta de que «las medidas de seguridad no eran suficientes». «Y lo que nos preocupa -continúa- es que no se tomen las medidas oportunas para que no vuelva a pasar una desgracia tan lamentable como esta».

Acceso descontrolado

«Ese acceso a la estación estaba descontrolado», insiste el primer testimonio. Una versión que contrasta con la expuesta por el concejal de Fiestas, Pau Serrano, quien asegura: «Este año habíamos aplicado las mismas medidas de seguridad que cada año, y hace ya unos cuantos que se celebran actos en ese lugar, y hasta ahora siempre habían sido suficientes». Serrano afirma que desconoce si hubo gente que accedió a los andenes por las vallas. «El acceso a la estación estaba bien delimitado. De hecho habíamos cerrado con vallas toda la longitud que da a la frontal de la estación. Otra cosa es si alguien se saltó las medidas de seguridad que teníamos».

Insiste en que no había menos vigilantes que otros años: «Contratamos a cinco guardias de una empresa privada y había uno más municipal». Sin embargo, los testigos aseguran que «no se veían demasiados vigilantes». «A mi incluso me extrañó porque otros años si alguien intentaba levantar una valla enseguida venían a controlar el acceso e impedirlo, pero esta vez no se vieron», apunta uno de ellos.

Sí reconocen que en la plaza había instalados lavabos químicos. Sin embargo, señalan que «estaban en pendiente, y esto había provocado que se ensuciara mucho la zona donde estaban y que la gente no quisiera utilizarlos».

Serrano puntualiza que «se instalaron seis lavabos químicos, más uno para discapacitados, y ocho urinarios». «Creemos que las medidas tomadas eran proporcionadas al evento».

Fuentes de los Mossos d'Esquadra se limitaron a señalar que han abierto diligencias policiales, como es habitual en estos casos, para analizar las causas del siniestro y traspasar su investigación a la autoridad judicial.